lunes, agosto 20, 2007

Urbaneja, De Inditex a Pedro J., de Perú a Xirinacs

lunes 20 de agosto de 2007
De Inditex a Pedro J., de Perú a Xirinacs Fernando González Urbaneja

No hay agosto sin catástrofes naturales y humanas que ocupan amplio espacio en los medios y que afloran algunas de esas contradicciones que acompañan la naturaleza humana. El terremoto de Perú provoca, como es habitual en estos casos, una corriente de solidaridad internacional que luego será canaliza con irregular eficacia. La solidaridad en la lejanía suele ser directamente proporcional a la dificultad en la cercanía para organizar la ayuda y hacerla eficaz. Con el paso de los días las ayudas funcionan, llegan y son útiles, pero en los momentos inmediatos al desastre las cosas casi todo tiende a ser imposible.
Y junto a las catástrofes naturales las humanas, desapariciones, suicidios… en este caso el de la niña inglesa Madeleine o el del señor Xirinacs en Cataluña que ha merecido más despliegue mediático en la prensa de Madrid que en la de Barcelona.
Respecto a Perú los periódicos de ayer incluían un anuncio a página competa con la imagen del paquete con el sello “URGENTE PERU” y las firmas de Caritas y Fe y Alegría. En la parte inferior venía la firma: Inditex envía un millón de euros... INDITEX nuestro compromiso.
Solidaridad, caridad, con ostentación, donación de ¡un millón de euros! Y, simultáneamente, bastantes miles de euros para divulgarlo, para que se sepa. Sospecho que el efecto del anuncio es el contrario del pretendido, en vez de dar la imagen de una empresa “comprometida” puede percibirse la imagen de gente que quiere quedar bien, que aprovecha la coyuntura para lucir palmito. Y desde luego que a una de las empresas españolas con mejor marca del mundo, la que comercializa Zara, tan brillante como exitosa, esa imagen oportunista le quita más que añade. Pero es agosto y con el síndrome vacacional se piensa menos.
El caso Xirinacs, un personaje atrabiliario más hábil en llamar la atención que en dar frutos, ha merecido amplio espacio en la cada día más extensa, exigente, sugestiva y documentada epístola del director-fundador de El Mundo. Utilizado como referencia del desasosiego, la ofuscación y el extravío de la sociedad y la dirigencia catalana, el tal Xirinacs merece la fulminación de un Pedro J. transformado en basilisco: “Xirinacs... ese ofensivo, cruel y repelente niñato de 75 años, empeñado en joder con la pelota de la provocación, capaz de frotar con sal y vinagre las heridas de las víctimas del terrorismo y elogiar, desafiante, a sus verdugos. Menudo hijo de su madre”. ¡Menuda despedida!, ¡El tal Xirinacs se hubiera sentido feliz con semejante descarga! ¿Tan importante es el personaje? Y para completar la faena reportaje principal a tres páginas en el suplemento dominical. Deben ser “cosas de muchachos, de esas que apunta Pedro J. en el mismo mega artículo. Pero estas deben ser también cosas del verano, de agosto, aun a pesar de que este año ha venido menos caluroso.
fgu@apmadrid.es

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