miércoles, agosto 29, 2007

Un presidente islamista en Turquia

miercoles 29 de agosto de 2007
Un presidente islamista en Turquía
EN los próximos días se van a ver publicadas todo tipo de definiciones sobre la adscripción política de Abdulá Gül, a quien se va a calificar desde islamista, más o menos moderado, a ex islamista, pasando por «islamo-demócrata», etcétera. El hecho es que el nuevo presidente turco ha sido elegido democráticamente y según las reglas que marca la ley de su país, y es un islamista -si con ello designamos a un dirigente político que desea que la religión islámica tenga un mayor protagonismo en la vida de Turquía, frente a lo que ha sido la línea oficial de la República kemalista desde su fundación hace 83 años- igual de islamista que el primer ministro Erdogan y que el presidente del Parlamento, miembro del mismo partido. Pero no cabe duda de que los turcos que les votaron en julio también están advertidos de ello y que, por tanto, han elegido expresamente esta opción frente al resto de ofertas electorales, de manera que no podemos más que felicitarnos por la forma en la que se ha producido esta transformación histórica, algo que acerca a Turquía a la esfera europea, lejos del lamentable pasado golpista. Pero, al mismo tiempo, no se puede considerar que el hecho de que todas las llaves y contrapesos de la política turca estén en manos de islamistas sea el mejor camino para conseguir la homologación de la sociedad turca con una Europa donde los factores espirituales ya están muy lejos del pensamiento político.
Si hay quien sigue pensando que el primer ministro islamista, Tayip Erdogán, tiene una agenda política secreta, no tardaremos en descubrirlo, puesto que dispone en estos momentos de todas las posibilidades para llevarla a cabo: controla el Parlamento para redactar las leyes, tiene de su lado al presidente de la República para no vetarlas y dirige el poder ejecutivo para llevar a la práctica lo que le plazca. Es el momento de comprobar si la voluntad reformadora de Erdogán tiene como fin la liberación de la sociedad turca de un sistema de tutela forzosa por parte de los militares y las viejas ideas kemalistas o si, por el contrario, está buscando la sustitución de una bandera por otra para guiar a los turcos en la dirección del regreso al pasado remoto de predominio del islam. Si los islamistas son capaces de demostrar que también ellos han abandonado sus posiciones maximalistas y siguen reformando a la sociedad en dirección de la modernidad y las libertades, darán un ejemplo que merecerá ser recompensado por Europa. Por el contrario, si ponen de manifiesto que sólo querían la libertad para imponer un modelo religioso, entonces conducirán al país a la catástrofe.

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