Ruben Loza, El escandalo de la valija

martes 14 de agosto de 2007
El escándalo de la valija Rubén Loza Aguerrebere

Las relaciones entre Néstor Kirchner y Chávez pasan por momentos difíciles por culpa de una misteriosa valija. En la valija había 800 mil dólares, y no había sido declarada en la Aduana argentina, donde fue incautada. La traía un venezolano que viajaba invitado en un vuelo charter del gobierno argentino, junto a tres directivos de Pdvsa (petrolera venezolana). Claudio Uberti (quien controlaba fondos por nada menos que 900 millones de dólares del gobierno argentino, y era el puente para todos los negocios entre su país y Venezuela) aparece como responsable del vuelo. Kirchner ya le cesó. Y ahora espera que Chávez haga lo propio con el vicepresidente de PDVSA, a quien se ha señalado como el autor del pedido a Uberti para que cinco funcionarios de su petrolera viajaran, desde Caracas a Buenos Aires, de los cuales dos en realidad no lo eran y, uno de éstos, Antonini Wilson, portaba una valija con casi 800 mil dólares. No los declaró y fue detectada en la Aduana argentina, como señalamos. Antonini (hay un tiempo perdido, un hueco ahí) viajó después a Montevideo, donde estaba de visita —por un día— el presidente Chávez. Y ahora no se sabe dónde está. Tal, los detalles de esta novelesca historia, que la prensa argentina cuenta al detalle.
¿Para quién era el dinero de los petrodólares chavistas? ¿Un aporte generoso del rico coronel y presidente, a ciertos amigos argentinos? ¿A cuáles y por qué? El señor Antonini, al que dice desconocer el gobierno argentino, había viajado doce veces este año a ambos países ¿Fue ésta la única valija que trajo o, más bien, que le abrieron? ¿Por qué lo revisaron escrupulosamente esta vez, si así fuera, los aduaneros? ¿Quién alertó a quién qué cosa?
Todas estas preguntas (que deberá despejar la justicia argentina) tocan de cerca al presidente Kirchner (quien dijo que no ponía las manos en el fuego por nadie) y a su esposa, la senadora Cristina Fernández, candidata presidencial en plena carrera. Y es que este episodio de la valija se suma al sucedido hace pocos días, que culminó con la renuncia de la ministra de Economía, Micieli, quien olvidó un sobre con dólares en su baño, y sigue ahora con la viceministra de Medio Amiente, Romina Picolotti, ex piquetera responsable de los cortes de puentes en Gualeguaychú, contrarios a la instalación de la papelera finlandesa en el oeste del Uruguay, quien es investigada penalmente por presunta “malversación de fondos”.
Mientras la senadora, dicen, está enojada, los candidatos de la oposición, Ricardo López Murphy, Roberto Lavagna y Elisa Carrió, a por el ministro de Planificación, Julio de Vido (muy cercano a Kirchner), de quien dependía el cesado Claudio Uberti. “Estamos ante un caso de presunto lavado de dinero o cohecho”, dijo López Murphy, quien argumentó que se debía a una arbitraria gestión que no está sujeta a reglas ni al Congreso, denunciando el manejo discrecional de los dineros públicos que hace el Poder Ejecutivo.
Por ahora las explicaciones sobre la valija y sus 800 mil dólares son tan escasas como sorprendentes, del lado argentino, mientras del otro, el mandamás Chávez no ha dicho hasta ahora una palabra.