viernes, agosto 10, 2007

Regina Otaola, Hechos y contradicciones

Hechos y contradicciones
10.08.2007 -
REGINA OTAOLA

José María Calleja, en su artículo 'Los socialistas entregan Navarra' (EL CORREO, 8-8-07), incurre en varias y notorias contradicciones, o más bien es contradicho por los hechos, que es la manera más tajante en la que un periodista puede ser desmentido. En primer lugar, al denigrar el presunto «cerrilismo» de los «ultras» del PP, que «ha impedido, por ejemplo, un gobierno constitucionalista en la Diputación de Guipúzcoa», como escribe sin despeinarse. Pues bien, resulta que ni la aritmética postelectoral ni el interés del candidato Miguel Buen (PSE) apuntaban en dicha dirección. Repase las hemerotecas, señor Calleja, para constatar cómo el PSE de Guipúzcoa (16 junteros) dio prioridad a EA (7), mientras lanzaba guiños al PNV (16), ambos partidos no precisamente 'constitucionalistas', para acabar intentando un pacto a la desesperada con EB (4), a la que buscó 'rescatar' para el día de la investidura. Así, tenemos a un PSE presuntamente defensor de la Constitución de 1978 que intentó pactar por separado con todos y cada uno de los partidos miembros de un Gobierno vasco tripartito que busca 'superar' de continuo, desde los tiempos del siniestro Pacto de Estella, los límites legales y democráticos establecidos por la Constitución, generalmente a través de contubernios con ETA-Batasuna en 'mesas' al margen del Parlamento, que es la sede donde los ciudadanos depositan su representación legal y democrática. En segundo lugar, al defender un «gobierno constitucionalista» para Guipúzcoa, cuando no lo parece defender para Álava ni, sobre todo, para Navarra, donde a usted sí le parecería bien que gobernara el representante de la tercera lista, la del PSN, de la mano de los nacionalistas de NaBai, en vez de permitir que la fuerza más votada, UPN, con el doble de escaños que cualquiera de los otros dos partidos, se hiciera con la presidencia de la comunidad foral. El PP no criminaliza programas, como el de Aralar o el de NaBai, pero de nada vale que usted se desparrame en elogios hacia Patxi Zabaleta cuando de lo que hablamos es de favorecer 'gobiernos constitucionalistas', ¿en Guipúzcoa sí, pero en Álava y Navarra no? Porque al margen de la oposición compartida de PSN y NaBai a UPN en Navarra, esta actitud de exclusión del PP se ha visto reflejada claramente en Álava, donde los socialistas sí han permitido gobernar al PNV, quedándose fuera del Ejecutivo foral en vez de compartir gobierno apoyando a la lista más votada, la del PP, mientras que en Guipúzcoa, en cualquier caso, ni los votos del PP (6) habrían permitido gobernar a Buen frente a la coalición PNV-EA (16+7).En tercer lugar, al defender la firmeza del Gobierno socialista ante ETA, cuando ha permitido concurrir a ANV a las elecciones municipales y forales. Nosotros reclamamos la ilegalización de todas las candidaturas de ANV por ser organización tapadera de ETA-Batasuna, como el propio Calleja sabe bien y como ahora de hecho admiten todos los partidos, del PSOE al PNV. Sin embargo, publica su artículo un día después de que Odón Elorza acudiese a Sartaguda a respaldar al alcalde socialista que logró su cargo con el apoyo de ANV, en detrimento de la lista más votada, la de UPN. Además de este hecho significativo, en tiempos recientes, señor Calleja, ha sido precisamente el PSE del guipuzcoano Jesús Eguiguren, avalado por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, el que ha buscado reeditar el Pacto de Estella con el nuevo 'pacto de Loyola' (al que no se invitó a EA y EB, y al que el PNV sólo acudió para 'salvar la situación'), precisamente con el fin de 'superar' la Constitución de 1978 y negociar políticamente con los terroristas un nuevo marco político para la CAV y Navarra, por supuesto al margen del Congreso y ajeno a la voluntad popular. Finalmente, me gustaría recordarle a José María Calleja el dato de que el PSOE conocía por la propia ETA la ruptura del 'alto el fuego permanente' una semana antes de las elecciones municipales y forales, y aun y todo se lo calló para recoger en votos lo que había sembrado en falsas esperanzas. Tras las elecciones, sin embargo, su primera opción fue el pacto con los nacionalistas, tanto en Guipúzcoa como en Álava, en Vizcaya como en Navarra, pero son los nacionalistas los que han dejado al PSE al margen, como el PSE dejó a los nacionalistas al margen de las recientes negociaciones con ETA. En consecuencia, siendo todo ello de conocimiento público, la actual actitud del señor Calleja cuando acusa al PP de poner trabas a 'gobiernos constitucionalistas' y de 'utilizar irresponsablemente el terrorismo como herramienta de desgaste del Gobierno' sólo merece un calificativo: cerril.

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