miércoles, agosto 15, 2007

Presion intolerable

Presión intolerable
15.08.2007 -

El hallazgo en Biarritz de un depósito de explosivos de ETA y la oleada de sabotajes perpetrada en Euskadi y Navarra constituyen las últimas expresiones de la obstinada voluntad de la banda y su entorno de proseguir con su actitud violenta y amenazadora. El hecho de que los terroristas hubieran alquilado el garaje localizado ahora el pasado mes de febrero no hace más que confirmar, frente a quienes siguieron confiando en la frustrada continuidad del alto el fuego, cuáles eran las verdaderas intenciones que albergaban los etarras en el periodo que medió entre la brutal explosión de la T4 y la ruptura formal de la tregua el 5 de junio. Desde ese día, y a pesar de las exitosas operaciones policiales que han abortado sus criminales propósitos, ETA no ha desistido de su inaceptable presión para tratar de amedrentar a la sociedad; una determinación que ha plasmado con crudeza en las cartas de extorsión enviadas recientemente a los empresarios. Esa premeditada estrategia coactiva se está viendo apuntalada por la sucesión de actos de 'kale borroka', cuyos variados objetivos persiguen extender la sombra de la amenaza impune a amplias capas de la ciudadanía.El rebrote de la violencia callejera pone a prueba, una vez más, la capacidad de las fuerzas de seguridad y en especial de la Ertzaintza, para identificar a los autores de los ataques y ponerlos a disposición de la autoridad judicial. Un esfuerzo que se hace aún más exigible y obligado, si cabe, en unas fechas repletas de citas festivas, que han sido utilizadas en ocasiones precedentes por los violentos para sembrar el miedo y que la izquierda abertzale acostumbra a aprovechar a fin de amplificar sus reivindicaciones. Los actos convocados la semana pasada para homenajear al etarra 'Pelopintxo' y los anunciados con motivo de la semana grande de San Sebastián y de Bilbao evidencian que la izquierda radical no sólo pretende volver a forzar en la calle los límites de la legalidad y la respuesta de los responsables de garantizar el orden público; también acreditan que está dispuesta a expandir el tramposo mensaje de que es posible alentar nuevas expectativas sobre el proceso mientras persiste la violencia y se hostiga a los representantes democráticos en ayuntamientos como el del Ondarroa. Las reiteradas apelaciones de los partidos para que Batasuna y ANV se desmarquen de estos hechos resultan ya un gesto tan estéril como huidizo ante la propia responsabilidad para hacer frente a los mismos.

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