viernes, agosto 31, 2007

Monica Fernandez Aceytuno, Cementerio de caracolas

viernes 31 de agosto de 2007
Cementerio de caracolas

POR MONICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
Dan ganas de salir al mar con este día tan azul que ha amanecido hoy, aunque también con algo de frío porque ha dejado durante la noche una suerte de vaho helado en los cristales de las ventanas.
Quisiera salir y nadar hasta una playa adonde no se llega más que en barca, o bajando las escaleras empinadas desde las privilegiadas casas del acantilado por donde caen también los robles y el hinojo marino florecido ahora de amarillo sobre las rocas.
Como si la corriente las hubiera llevado hasta allí para que muriesen todas juntas, a mitad de la orilla, he encontrado un cementerio de caracolas en el que hay nucelas, turritelas y colmillos de mar. Algunas caracolas están rotas y se ve por dentro su pilar central, llamado columela, y es tal la cantidad de caracolas que yacen juntas, que conforman una línea de un metro de ancho y siete de largo sobre la arena y, aunque son pequeñas, tienen todas en la boca los dientes de las caracolas maduras.
Tengo aquí alguna sobre la mesa y siento al mirarla que muero yo también un poco, al no poder salir al mar en este día tan azul.

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