Miguel Angel Loma, El que resiste gana

miercoles 22 de agosto de 2007
El que resiste, gana
Miguel Ángel Loma

E MPECINADOS en ignorar el derecho de objeción de los padres frente a la asignatura de la Educación para la Ciudadanía, el Gobierno Zapatero intenta golpear donde más duele y comienza a filtrar mensajes amenazando con que los alumnos que no la reciban no pasarán de curso o que incluso podrían perder la escolaridad. Tales medidas, no irían pues contra el objetor, sino contra quien se encuentra bajo su patria potestad, y a quienes perjudicarían gravemente no sería tanto a los padres, como a sus hijos menores de edad; algo difícilmente aceptable por los tribunales. La patria potestad es un conjunto de derechos-deberes que tienen los padres sobre sus hijos para velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos, procurarles una formación integral, representarlos y administrar sus bienes. Sólo en casos muy graves, y como medida excepcional en beneficio de los hijos, pueden los jueces privar total o parcialmente de la patria potestad a los padres. Si el Gobierno considera que la impartición de la EpC es tan indispensable como para pasar por encima de la conciencia de sus progenitores, y finalmente el Tribunal Constitucional avalara tamaña aberración (cosas más raras hemos visto), el único medio que le quedaría al Gobierno para obligar a un niño a cursar la EpC sería instar judicialmente la privación parcial de la patria potestad de los padres objetores. Pero la erosión que supondría para la imagen del Gobierno la escandalosa situación de un Estado de la Unión Europea con miles de padres privados de la patria potestad respecto a la educación de sus hijos, y millares de éstos acudiendo obligados a recibirla contra la voluntad de sus padres, hace impensable que incluso Zapatero se la jugase llegando a tan disparatado extremo. En consecuencia, si un número considerable de padres se mantiene en el ejercicio del derecho a la objeción, el misil doctrinario de la EpC puede quedar desactivado; al menos frente a quienes no tragan con ella. Solía repetir Camilo José Cela que en este país, el que resiste, gana. Quien resiste al abuso del poder, gana además en libertad, y ésta sí que constituye un elemento indispensable para formar ciudadanos en un Estado de Derecho.