jueves, agosto 09, 2007

Mi Maleni sacó tiempo para brujulear por las tiendas de El Prat

GARGANTA PROFUNDA

"Mi Maleni" sacó tiempo para brujulear por las tiendas de El Prat
Elsemanaldigital.com

El caos en las infraestructuras en Barcelona obligó a la ministra a hacer un alto en sus vacaciones. Del brazo del director del aeropuerto, hizo algo más que interesarse por su situación.

10 de agosto de 2007. Magdalena Álvarez, poseída de un agudo ataque de contrariedad, interrumpió este martes sus vacaciones en Málaga y se hizo la foto en Barcelona. Llevaba la ministra de Fomento demasiados días sumida en el silencio más absoluto, hasta el punto de que el pueblo llano catalán se preguntaba por las esquinas: "¿Dónde está Maleni? ¿Qué ha sido de Maleni?". Porque daba la impresión de que se la había tragado la tierra. Nada se sabía de la política andaluza, excepto, eso sí, que tenía el Ministerio manga por hombro.Y en esto andaba cuando estalló el caos en El Prat. Pues bien: el colapso aeroportuario retrató, una vez más, de cuerpo entero a la ministra. El martes, la doña se deshizo en felicitaciones con la gestión del lugar y de carril, como era de imaginar, explicó que el director del aeropuerto y el de AENA obran correctamente, hacen lo que tienen que hacer, lo hacen tan bien que casi lo bordan. Un punto más que paradójico teniendo en cuenta la penosa percepción que a día de hoy tienen los usuarios sobre la terminal.Y es que el resultado de tanto acierto por parte de Fomento ha llenado desde hace días las pantallas de la televisión: miles de pasajeros que abonan religiosamente su billete, abandonados a su suerte en el aeropuerto. Pero la ministra repitió una y otra vez que en El Prat "no hay caos": "Es un magnífico aeropuerto donde se opera con total normalidad". Dicho lo cual, en los apenas diez minutos que Álvarez estuvo en el aeropuerto, y según relató a Garganta Profunda un testigo presencial, la ministra aprovechó para curiosear por las tiendas de la terminal, tal vez a la busca y captura de algún diseño.Y es que a Magdalena Álvarez, consagrada ahora mismo como una de las ministras-cuota de referencia, siempre le han tentado las compras. Con mayor o menor suerte, ya que su merodeo comercial catalán provocó comentarios muy diversos. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, necesitó en su momento meter con calzador al mismo número de mujeres que de hombres en el Gabinete, y en esa tesitura tuvo que echar mano de lo que encontró. En suma, en estas manos está el pandero.

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