Manuel Alcantara, Ruidos de Agosto

Ruidos de Agosto
15.08.2007 -
MANUEL ALCÁNTARA

Crece el estruendo bajo un cielo color azul vacaciones. Las alegrías colectivas se miden siempre por decibelios, pero además hay mucha gente que se cree obligada a chillar más de lo habitual cuando está en feria. Si a eso añadimos los que gritan de indignación en los andenes de las estaciones y en los aeropuertos, se comprende que este agosto esté batiendo la plusmarca española de ruido, que ya ostentaba el récord continental.Suenan los topillos, que están comiendo siempre y ahora amenazan los más venerables viñedos de Ribera de Duero y Rueda. Suenan los moteros locos que tienen vocación de donantes de órganos y suenan los conductores gilipollas que ponen a toda mecha las radios de sus coches al mismo tiempo que abren las ventanas. Entre unos y otros han conseguido que las víctimas mortales de tráfico, que estaban bajando este año, hayan crecido un 28% este mes. Desgraciadamente, de aquí en adelante no darán un ruido.Como hay que ver el lado bueno de las cosas, debemos congratularnos por la sagacidad de la policía francesa, que ha descubierto en Biarritz un depósito de armas y explosivos de ETA. El arsenal estaba en un garaje y contenía abundante material para decretar futuros lutos, desde detonadores y temporizadores hasta pistolas, pasando por 100 kilos de cloratita. ¿Hasta dónde hubieran llegado los decibelios españoles de no ser por el acierto de la policía francesa? El dolor es silencioso y hay quien cree que aguza la inteligencia y fortifica el alma, en la misma medida que el ruidoso contento nos conduce a la frivolidad y al egoísmo. No está tan claro. Es altamente preferible el barullo de la feria al silencio de los entierros. Los carricoches son mejores que los coches con bombas-lapa y los fuegos artificiales son mucho más bonitos que los reales.