lunes, agosto 13, 2007

Manuel Alcantara, Dimisiones

Dimisiones
13.08.2007 -
MANUEL ALCÁNTARA

En agosto se va mucha gente de su casa, pero lo que no era tan habitual es que se fuera de su empleo. La ola de dimisiones refresca estos días calientes mientras algunos ven cómo se ahogan sus ambiciones políticas y otros observan, complacidos, cómo el tiempo y el escalafón corren a su favor. Después de dos meses y medio de interinidad en el Gobierno foral, la elección de Miguel Sanz como presidente de Navarra ha puesto patas arriba a la dirección del PSN. Cuatro miembros de la Ejecutiva dimitieron, pero hay que tener en cuenta que dimitir no es siempre renunciar, ni hacer dejación de un cargo: muchas veces es el cargo el que deja al que lo ocupaba. También hay dimisiones revocables, ya que el que se va no se va, sino que se queda agazapado, en espera de saltar sobre el sillón más próximo. En España las dimisiones se llevan poquísimo. Quizá la última trascendente fue la del emperador Carlos, cuando decidió irse a Yuste para oír la voz de su conciencia y la sonería de sus relojes de pared.Hay que tener en cuenta que las autonomías han multiplicado por diecisiete los cargos públicos y es muy difícil echar la cuenta de los ilustrísimos y de sus chóferes. No hablemos de los guardaespaldas, ofensivamente llamados 'gorilas'. Hay más indios que jefes en este territorio comanche en que se ha convertido la política. Parlamentarios socialistas, que se abstuvieron en la votación, se vieron acosados por miembros del PSN, NaBai e IU y perdieron las plumas en su huida. Dijeron al unísono eso de ¿pies, para qué os quiero!, pero siguen sin saber para qué quieren la cabeza.El célebre etnólogo austriaco Konrad Lorenz confesó poco antes de morir que creía haber encontrado el eslabón intermedio entre el animal y el homo sapiens: somos nosotros.

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