jueves, agosto 23, 2007

Manuel Alcantara, Adios, mucho gusto

Adiós, mucho gusto
24.08.2007 -
MANUEL ALCÁNTARA

Sólo hay algo peor que tener trabajo: no tenerlo. Por eso consideramos afortunados a los 'mileuristas' y, en menor escala, a los explotados becarios, que se darían con un canto rodado en los dientes con tal de llevarse a la boca una cifra que les permitiera comer. Según los optimistas, que son los que basan sus estadísticas en lo que Galbraith llama «instalados», somos la octava o novena potencia económica del mundo, pero entre nosotros abundan los que no tienen la menor potencialidad económica. Se llenan los estadios y las plazas de toros y los restaurantes, pero siempre son los mismos los que acceden a esas localidades y los que reservan mesa. Ahora acaba de quebrar el segundo mayor banco hipotecario de Estados Unidos y ya son 22.000 los despedidos a quienes sólo se le agradecen los préstamos procurados y los servicios prestados.El lema de una sociedad que aspire a una mínima justicia social no puede ser «sálvese quien pueda». Vamos a tomar en serio la crisis que viene, que no se corrige sólo con discursos. El coste medio de un préstamo para vivienda en España se encarecerá 80 euros al mes y eso es mucho para muchas personas. Cuando en las empresas se les dice adiós a los trabajadores y se les informa de que han tenido mucho gusto en conocerles, bajan los niveles adquisitivos y sube la angustia. No se puede trabajar en el mundo occidental sólo por ganarse el pan: también se tiene derecho a ganarse el aperitivo.Se están viendo venir tiempos peores, aunque el señor Solbes sólo los divise a larga distancia y el presidente Zapatero se niegue a verlos. Se anuncia, como dato favorabilísimo, que bajará el precio de la vivienda, pero se omite cómo va a lograrse. Ya hablaremos. Estamos en agosto y aún no ha empezado el curso de los acontecimientos.

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