jueves, agosto 09, 2007

Luis Villa, Las consecuencias del "caso Novartis"

Las consecuencias del 'caso Novartis'
09.08.2007 -
LUIS VILLA

Cuando, el pasado lunes, algunos pacientes que esperaban a las puertas del tribunal de la localidad india de Chennai el fallo sobre el 'caso Novartis' manifestaron que habían recibido una buena noticia porque «podían seguir con vida», no se trataba de una exageración ni de un exceso de euforia. Novartis había perdido el juicio, pero la gran batalla aún continúa. Desde 1994, cuando se firmaron los Acuerdos de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) en el marco de la OMC, algunas compañías farmacéuticas multinacionales no han dejado de utilizar todos los medios posibles para intentar ir más allá y arañar beneficios a sus productos nuevos, y a los no tan nuevos. Con la pretensión de imponer sistemas de protección de patentes similares tanto en los países desarrollados como en desarrollo, se han utilizado a tal fin negociaciones multilaterales, tratados de libre comercio y hasta procesos judiciales, como este último de Novartis contra la ley de un país. La farmacéutica ya protagonizó un intento similar en 2001 contra Sudáfrica, junto a una treintena de empresas, y afortunadamente el resultado fue similar al de ahora. Los tratamientos vitales para enfermedades como el VIH-sida suponen sencillamente, y valga la redundancia, que muchas personas en todo el mundo puedan seguir con vida. Los equipos de Médicos sin Fronteras (MSF) -organización humanitaria con más de 30 años de trabajo con personas afectadas por conflictos armados y catástrofes naturales- han podido atestiguar este drama absolutamente injustificable, que supone alejar de quien lo necesita tratamientos que para otros están al alcance de la mano. De ello sólo se habla, y de paso, en los días mundiales de las enfermedades infecciosas, de las que anualmente se hace un recuento desgarrador. Así, las cifras del último año son: tuberculosis, dos millones de muertos; sida, tres millones de muertos; malaria, ocho millones... Y así hasta quince millones de personas. Esta auténtica masacre se concentra principalmente en el África Subsahariana, y después en otras regiones olvidadas de Asia, en algunas repúblicas de la antigua Unión Soviética y en América Latina.En investigación y desarrollo (I+D), actividad que algunas compañías farmacéuticas afirman que depende exclusivamente de los beneficios obtenidos por derechos de patentes sobre nuevos fármacos, sólo se ha dedicado apenas un 1% para nuevos tratamientos destinados a las enfermedades que afectan mayoritariamente a los países más pobres. Y Novartis aún seguía aferrándose a este argumento a pesar de las evidencias expuestas, incluso después de perder el juicio. Para la compañía, la cláusula 3d de la Ley de Patentes de India -objeto del litigio-, que limita el derecho de patentes sólo a aquellos medicamentos 'realmente' nuevos, era contraria a las normas de la OMC. Nada más lejos de la realidad, ya que la normativa se elaboró cuidadosamente en 2005 a partir de las reglas de la OMC para establecer un sistema de patentes, salvaguardando al mismo tiempo la ingente producción genérica, vital para muchos otros países. Gracias a la entrada en el mercado de genéricos indios para el VIH-sida se logró una reducción de precios de terapias originales desde más de 10.000 euros a poco más de 140 euros. Esta disminución significa la posibilidad de prolongar la vida para cientos de miles de personas. India se ha convertido en la farmacia de los países más pobres. No sólo es una fuente proveedora para ONG sanitarias, sino que el 67% de los medicamentos exportados por aquel país van a naciones en desarrollo. En países como Lesotho, con un altísimo índice de personas con VIH-sida, el 95% de todos los medicamentos antirretrovirales se compran en India. Además, el llamado Pepfar -la iniciativa de cooperación para combatir el sida, del presidente de Estados Unidos- también adquiere antirretrovirales a este país para su posterior distribución en las zonas en desarrollo, lo que permite un ahorro de hasta un 90% de los gastos. El 89% de los antirretrovirales genéricos aprobados para este programa presidencial por la Agencia de Alimentos y Drogas de EE UU (Food and Drug Administration) proceden de India, así como el 50% de los medicamentos esenciales que distribuye Unicef. No debe permitirse que una compañía privada provoque, por medio de un juicio en un tribunal de India, una angustia innecesaria a millones de personas. La sociedad en general y la comunidad internacional han mostrado su rechazo ante este hecho de diversas maneras. Unas 500.000 personas firmaron una petición promovida por Médicos sin Fronteras e Intermón Oxfam para que Novartis retirase su demanda en India. En España, el Congreso de los Diputados se convirtió en el primer parlamento europeo que daba su respaldo institucional al Gobierno indio frente a Novartis, junto a los parlamentos del País Vasco, Navarra, Cantabria, Andalucía, Extremadura y Cataluña.Quisiéramos pensar que el lamentable episodio del juicio de Novartis es la última de las continuas amenazas a la salud de las poblaciones en desarrollo por parte de los intereses comerciales. Pero lo conseguido no es suficiente; simplemente se ha evitado que la situación empeore. Quedan muchas batallas todavía, y merece la pena continuar ganándolas para que muchos sigan con vida.

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