lunes, agosto 20, 2007

Luis Hernandez Arroyo, Crisis financiera y riesgos estrategicos

martes 21 de agosto de 2007
Bancos centrales
Crisis financiera y riesgos estratégicos
Pero lo peor es aquello de lo que no se habla: que en el fondo de una crisis profunda está la desestabilización política internacional. Y ante este riesgo estratégico los bancos centrales no tienen por qué responder porque no está en sus funciones
Luis Hernández Arroyo

La Reserva Federal recortó el viernes medio punto sus préstamos en la ventanilla de descuento, en un claro intento de frenar la crisis proporcionando liquidez a un coste penalizado del 5,75%, para que los que realmente estén en apuros paguen por liquidez un interés mayor que el tipo de los fondos federales. Pero hay algo más: la FED amplía el plazo de devolución hasta 30 días, renovable a instancia del prestamista, algo inusual frente a las 24 horas habituales. Y una facilidad más: el colateral de estos préstamos no es necesariamente de tan alta calidad como la exigida en el interbancario: se acepta un repertorio mucho más amplio, "incluso hipotecas y títulos basados en préstamos hipotecarios".
En otras palabras, el mensaje que quiere dar la FED es de tranquilidad por un doble conducto: no habrá, de momento, necesidad de reducir el coste de la liquidez, lo que ya debería ser señal de que las cosas están controladas; pero, además, se ha abierto una ventanilla de descuento muy cómoda para el que tenga problemas. Y más: en otra declaración oficial dice que, "aunque los datos recientes dicen que la economía ha continuado creciendo moderadamente, el FOMC juzga que han aumentado los riesgos bajistas apreciablemente. El FOMC sigue estrechamente la evolución y está dispuesto a actuar para mitigar los efectos adversos sobre la economía." Algo que lleva a pensar, llanamente, que "no las tiene todas consigo".
¿Serán suficientes estas medidas? Hay un espectro de opiniones entre los que creen que no, y que al final habrá reducciones de tipos del interbancario, y los que al contrario creen que la buena acogida de la reducción del descuento –subida de la bolsa– augura el fin de la crisis. Los matices añaden una gran diversidad a estas dos opiniones límite, según cuándo y cómo se espera que se bajen los tipos. Luego hay los pesimistas al límite, como Nouriel Roubini, alias"el catastrofista", que cree inútil bajar tipos porque nos la pegaremos sí o sí (es el nuevo budismo occidental: los mercados son el "Velo de Maya").
En estos casos las palabras valen tanto o más que los actos. Con su tono precautorio de sí, no, y todo lo contrario, la FED ha dejado literalmente abiertas todas las posibilidades, desde bajar antes de la reunión oficial del 18 de septiembre a recoger velas e incluso cerrar el "descuento-chollo" cuando vea la situación normalizada. El problema es si llegará a tiempo en caso de que se envenenen las cosas, es decir, que se empiece a sospechar de todos los activos en todos los mercados, incluso los que estaban fuera de toda duda hasta hoy.
Pero lo peor es aquello de lo que no se habla: que en el fondo de una crisis profunda está la desestabilización política internacional. Y ante este riesgo estratégico los bancos centrales no tienen por qué responder porque no está en sus funciones, y menos desde que tiene sus flamantes estatutos de autonomía. ¿Será buena esta limitación de responsabilidades? El único en tenerlo en cuenta es la FED, que está más curtida en estas cosas y tiene en la memoria la crisis de 1929, el inicio de la desestabilización mundial que posibilitó la segunda gran guerra. Pero no me imagino al BCE ni al Banco de Japón "computando" estas cosas en sus bonitas "funciones de reacción". Así que mejor rezar para que no se propague la crisis, porque la ceguedad humana es inconmensurable, como se ve en la frialdad del Banco de Japón para mantener su país en deflación 15 años. ¡Ole sus... narices! ¿Será Trichet de la misma pasta?

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