domingo, agosto 12, 2007

Lucha de poder entre Chavez y Lula

domingo 12 de agosto de 2007
Lucha de poder entre Chávez y Lula
EL presidente venezolano, Hugo Chávez, ha logrado consolidar en menos de una década un polo de influencia que abarca varios países de Iberoamérica. Gracias a la ingente cantidad de recursos financieros de que dispone, ha comprado prácticamente media docena de países ya sea a través de la financiación directa de candidatos afines (véase el caso del maletín con casi un millón de dólares en efectivo que llevaba un funcionario suyo en Argentina) o a base de favores del mismo tenor a los Gobiernos constituidos (en Cuba, puesto que no hay elecciones, no necesitan dinero para campañas electorales). En Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina y, naturalmente, Cuba, Chávez entra y sale a conveniencia y capricho.
Uno de esos candidatos a los que presuntamente apoyó con dinero (es ilegal en Brasil, así que el caso quedó sin aclarar) es Luiz Ignacio Lula Da Silva, que estaba destinado a ser el más importante miembro de esta alianza populista-indigenista que han bautizado como «Socialismo del Siglo XXI». Para su disgusto, Lula ha demostrado ser un dirigente realista y sensato, y poco a poco empezó a distanciarse de su colega venezolano y de sus ínfulas visionarias porque comprendía que no podía cerrar los horizontes de su país en los proyectos estrambóticos de Chávez. Éste ha intentado una aproximación indirecta con su maniobra de pedir el ingreso en el Mercosur, lo que no ha servido más que para congelar este proyecto de integración. Que la Unión Europea haya decidido firmar un tratado de cooperación privilegiada con Brasil dejando a un lado a los demás países del grupo es el síntoma más evidente de esta situación anormal.
Ahora, los dos están obligados a competir por consolidar su esfera de influencia, asunto en el que ciertos países han cobrado una importancia fundamental. Las giras que se programan y contraprograman uno y otro son el reflejo de esa lucha por la hegemonía de Suramérica. El venezolano va a Uruguay, pese a sus malas relaciones, pero que puede ser la clave de sus intereses en Mercosur dado que Argentina, inexplicablemente para un país de sus características, está ya prácticamente integrado en el engranaje de Chávez, que ha comprado cantidades inmensas de su deuda externa. Lula ha visitado Nicaragua, cuyo presidente, el sandinista Daniel Ortega, es uno de los puntales chavistas, pero a quien las propuestas de desarrollo de los biocombustibles le pueden ayudar en la crisis que ha producido la caída del precio del café. Más allá de los asuntos energéticos, hay mucho en juego en esta disputa y es evidente que lo mejor para todos sería que los buenos oficios de Lula sirvan para contener los delirios de Chávez.

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