domingo, agosto 26, 2007

Los proetarras de ANV y el cinismo de Rubalcaba

27-VIII-2007
Los proetarras de ANV y el cinismo de Rubalcaba
Antes de que el Fiscal General del Estado denigrara la Ley de Partidos como un "Guantánamo electoral", el Gobierno del 14-M ya empleaba una excusa parecida a la de Rubalcaba para justificar su negativa a la ilegalización de los proetarras de PCTV y de ANV

Visto el inamovible cinismo con el que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha justificado la negativa del Gobierno de instar la ilegalización de ANV, podría parecer un poco voluntarista la "impresión" manifestada por el secretario de comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, de que el Ejecutivo de Zapatero, "va a recorrer, aunque sea de mala gana, el camino de la rectificación".
Este optimista pronóstico de Elorriaga tiene sustento, con todo, en el coste electoral que podría tener la continuada pasividad del Gobierno, mientras ANV siga sin condenar los atentados perpetrados por una organización terrorista a la que sirve. Sin embargo, al día de hoy, no hay ningún dato por parte del Gobierno que evidencie su disposición a instar la ilegalización de marras. Por el contrario, Zapatero ni siquiera ha respondido en su comparecencia a quienes se la han demandado, mientras que el ministro del Interior no ha hecho más que emplear una conocida y cínica excusa para no hacerlo, como esa de que "el fiscal debe evitar pasos en falso" ya que "cuando el Estado va a los tribunales debe tener la seguridad de que va a ganar".
Antes de que el Fiscal General del Estado denigrara la Ley de Partidos como un "Guantánamo electoral", el Gobierno del 14-M ya empleaba una excusa parecida a la de Rubalcaba para justificar su negativa a la ilegalización de los proetarras de PCTV y de ANV, de los que Zapatero decía que no "no hay por donde cogerlos". Lo cierto, sin embargo, es que el Gobierno socialista durante todo este tiempo no sólo se ha dedicado a acumular y esconder informes policiales que venían a denunciar la naturaleza proetarra de estos disfraces de Batasuna, sino que los maquilló, incluso, señalando una "condena a la violencia" que figuraba en los antiguos estatutos de ANV que, sin embargo, no se refería al terrorismo nacionalista, tal y como esta formación dejara de manifiesto antes y después de fundar la extinta Herri Batasuna. Lo cierto es que ni los representantes del PCTV ni los de ANV han condenado los atentados de ETA, tal y como han dejado claro por enésima vez tras el perpetrado en Durango.
Esa desfachatez del Gobierno que Rubalcaba quiere disfrazar de prudencia es aún mayor si tenemos en cuenta que fue el propio Tribunal Supremo el que, en su sentencia de ilegalización de las listas de ANV presentadas por la Fiscalía y la Abogacía del Estado, incorporó un obiter dicta en el que los magistrados translucían su reproche al Gobierno por no haber instado la ilegalización de dicho "partido" o, por lo menos, la impugnación de todas sus candidaturas. Al fin y al cabo, la ley que nos ocupa es de partidos, no de listas.
Por si fueran pocos los motivos de confianza de cara a obtener de los tribunales una sentencia favorable, ahí están las declaraciones de las asociaciones mayoritarias de jueces y fiscales, partidarios de instigar el procedimiento de ilegalización. Eso, por no negar la mayor de Rubalcaba, esa de que el Estado "debe tener la seguridad de que va a ganar cuando acude a los tribunales". Podemos aspirar a la confianza, pero nada es seguro en la vida. Y que el Gobierno justifique su inacción en términos de "seguridad" es tan absurdo como lo sería que un medico se negara a intervenir a un paciente en peligro de muerte, por no tener "seguridad" de que la operación fuera a salvarle la vida.
Por lo tanto, no está tan claro que el PSOE se disponga a una rectificación en profundidad que, además de la ilegalización de los proetarras, conllevaría sacrificar la unidad del frente anti-PP, por el que Zapatero no tuvo reparos en tener de compañero de viaje hasta la propia ETA. Cuando todavía está por ver que el Gobierno, a través de la fiscalía, lleve a los tribunales a los agentes policiales que perpetraron el "chivatazo" a los extorsionadores de ETA, resulta un poco prematuro que nos tomemos las palabras de Rubalcaba como algo distinto que su reconocible cinismo.

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