Katia Ballano, Radicalismos quijotescos

miercoles 15 de agosto de 2007
Radicalismos quijotescos
POR KATIA BALLANO GÖRING
En contra de lo que cabría esperar, apenas unas líneas en Le Monde se hicieron ayer eco en Francia de la incautación de material explosivos, armas y municiones por parte de la Policía gala en Biarritz. Este diario informó de que la Policía, «con motivo de la presencia de documentos redactados en vasco, ha hecho venir a los artificieros que han registrado el lugar. Han descubierto tres pistolas automáticas, munición de 9 milímetros, dos bombas-lapa completas, detonadores, temporizadores, cordones detonantes, matrículas, un teléfono móvil y bidones que contenían sustancias susceptibles de poder servir a la fabricación de artefactos explosivos». En cambio, el mismo periódico sí dedicó más espacio a los actos vandálicos de «jóvenes independentistas vascos radicales registrados la noche del lunes al martes en el País Vasco». «Estos actos de violencia urbana -así lo denomina- se han atribuido a jóvenes radicales y son frecuentes desde el anuncio de la ruptura del alto el fuego del pasado 5 de junio por parte de la organización separatista armada vasca, ETA».
El diario regional La Dépêche du Midi, por su parte, se hizo eco del seísmo que días atrás procuró a media España una mañana movida. En su comentaron aludía tanto a quienes vieron sillas y mesas tambalearse,como a los servicios de emergencias, que atendieron cientos de llamadas. Destacó que «los daños más importantes se registraron en Almagro, en el centro, a 120 kilómetros del epicentro, donde una sala del teatro municipal, que data del siglo XIX, quedó parcialmente destruida».
En el Reino Unido, gran amante de nuestras costas, The Times publicó que turistas en diferentes playas de la Península han sido sorprendidos por una campaña destinada a fomentar la lectura. Con este fin, diez actores que representan cada uno a un personaje de un libro «se han recorrido las costas del norte hasta Valencia, haciendo frente a temperaturas de hasta 40 grados y a hordas de turistas británicos y alemanes. Después de interpretar escenas de sus respectivas historias, los diez actores se lanzaron «a la búsqueda de nuevos lectores que recompensen su valor», explicó Don Quijote».