martes, agosto 21, 2007

Juan Carlos Girauta, Lo que cabe esperar de CiU

miercoles 22 de agosto de 2007
Magdalena Álvarez
Lo que cabe esperar de CiU
En flagrante contradicción con lo mantenido durante el inacabado caos infraestructural, CiU ha puesto a sus diputados en posición de escudo humano del presidente del Gobierno.
Juan Carlos Girauta

Lo que cabe esperar de CiU se resume en el título de la novela de Carmen Laforet: Nada. En flagrante contradicción con lo mantenido durante el inacabado caos infraestructural, CiU ha puesto a sus diputados en posición de escudo humano del presidente del Gobierno. Se desvanecen así los sueños populares de ganarse a Mas por la vía de la terca realidad de la estadística o de la confianza en el cumplimiento de los acuerdos, áreas fríamente numéricas o cálidamente morales en las que al PP no le tose nadie.
Felip Puig, portavoz nacionalista en el Parlament, soberanista por más señas, no se había limitado la semana pasada a exigir la dimisión de la ministra de Fomento (eso lo piden en Cataluña hasta las farolas del Paseo de Gracia), sino que había desgranado ante el tripartito las cifras malditas que demostraban la indiscutible superioridad de las inversiones del Estado en época de Aznar (que llegaron al 18’6 %) frente al descenso sistemático en la actual legislatura: hoy han caído al 13’9 %. Y sin embargo...
Y sin embargo ahora, al ver peligrar la figura de Rodríguez, CiU se desmiente y corre en su ayuda. Vela por la continuidad del hombre que les ha engañado como a chinos, el que tuvo en sus manos evitar el tripartito, aquel de quien esperaban recuperar el gobierno de la Generalidad tras la noche de los cigarrillos monclovitas, cuando don Artur fue sometido a fenomenal estafa mientras salía convencido de haber conocido a un tontaina. ¿Por qué prefiere CiU que repita mandato Rodríguez, el que incumple y engaña, a que gane Rajoy?
No por masoquismo, ciertamente. Esperan forzar un canje. Creen saber que podrán decidir el presidente del Gobierno de España, tenga quien tenga la mayoría simple. Si optan por el socialista, calculan, exigirán el Gobierno de Cataluña, que es para lo que han nacido, lo que no tienen y les quita el sueño, lo que les trae por el camino de la amargura, lo que les enfurece y, ocasionalmente, enloquece. Rajoy no puede darles eso.
Frente a tanto cálculo y tanta hambre acumulada, de nada sirven los piropos de Juan Costa, que generosamente atribuía "al Gobierno del PP y a CiU" las crecidas inversiones de la última legislatura de Aznar, cuando cualquiera sabe que CiU sólo contaba entonces con el arma del gimoteo, dada la mayoría absoluta popular. En realidad, con ellos los piropos nunca han funcionado. Ni los regalos. Cuando Aznar les ofrecía ministerios, Pujol aullaba con las venas hinchadas: "¿Por quién nos ha tomado?"
No diré aquello de que no hay que echar margaritas a los nacionalistas porque no es preceptivo ofenderles. O sea, no es preceptivo hacerles lo que ellos le hacen al PP todos los días del año.
Juan Carlos Girauta es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.

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