martes, agosto 28, 2007

Jose Maria Garcia Hoz, Corte de mangas al progreso

martes 28 de agosto de 2007
Corte de mangas al progreso

POR JOSÉ MARÍA GARCÍA-HOZ
EL pueblo habló y pegó un corte de mangas al progreso. Todo el mundo lo sabe: el jueves pasado en una pedanía (Los Villares) de un pueblo granadino (La Peza) se celebró un referéndum para preguntarle a los 128 vecinos si estaban de acuerdo con la instalación de una antena que prestaría al municipio cobertura de telefonía móvil, de la que actualmente carece.
Seguramente el progreso tecnológico no tiene hoy mejor símbolo que el del teléfono móvil. El AVE, las autopistas, mejoran el transporte físico de personas y mercancías, y desde luego que son necesarios, pero el móvil es otra cosa: no sólo representa la capacidad de conexión en tiempo real, inmediato con el resto del mundo, vía telefonía, internet y televisión, sino que permite conectar con el vecino aunque se esté trabajando en el campo. Globalización y vecindad: la tecnología facilita herramientas y que cada quien las utilice para su mejor servicio.
Para el interesado por conocer el ambientillo que rodeó la consulta popular, remito a la colorista crónica de Álvaro Pérez publicada en ABC el viernes pasado, pero más allá de la trastienda tan bien descrita, un hecho cierto e inamovible: el miedo a las consecuencias perniciosas de una antena de telefonía ha hecho que el personal vote «no» al progreso. Poco importa que nunca nadie haya demostrado ninguna relación de causa- efecto de las dichosas antenas con ninguna patología que afecte a las personas: el miedo a lo nuevo, a lo desconocido, es más fuerte que las ventajas inmediatas, ciertas y conocidas de disfrutar de la telefonía móvil.
No se trata de magnificar una anécdota: el mundo no dejará de girar por que en Los Villares hayan decidido que más vale malo conocido. La cuestión se centra en que la notoriedad nacional de Los Villares se debe al detalle circunstancial de que su Ayuntamiento ha organizado una consulta popular, más que al hecho relevante del resultado negativo de la misma. Hasta ahora ningún municipio había convocado un referéndum sobre la cuestión, pero en la mayoría de los diez o doce mil municipios y pedanías españoles, las empresas de telefonía móvil deben, para conseguir su objetivo natural de ampliar la red, afrontar obstáculos burocráticos, políticos y estéticos.
Si en la generalidad de los municipios y en el sentir del común de la gente, el espantajo de los peligros e inconvenientes que comporta una antena de telefonía móvil resulta más convincente que el hecho de que nadie, en ninguna parte del mundo, ha resultado perjudicado por utilizar el celular, apaga y vámonos: la española es una sociedad que rechaza el progreso.
Reclama suministro puntual y barato de energía, pero abomina de la opción nuclear; se declara firme defensor del medio ambiente, pero llena de basura calles, playas y campos; reivindica la contratación indefinida, pero en cuanto la obtiene abusa de las bajas temporales; luce un antiamericanismo cuasi genético, pero acude en masa a ver películas norteamericanas, vistiendo ropa diseñada en Estados Unidos... Se aspira a disponer de los adelantos científicos, pero no se quiere saber nada de los posibles riesgos.
Y en esta dialéctica de disfrutar de las maduras, pero no estar a las duras, la generalidad de los representantes políticos tiende a alimentar el sanchopancismo. Históricamente, los grandes líderes han hecho honor a su función de abrir perspectivas, de señalar objetivos a la sociedad sobre la que reinaban o que les había elegido. Ahora estamos ayunos de esas figuras capaces de, ante cualquier encrucijada, definir las alternativas y comprometerse con una opción. Sí abunda, en cambio, ese disfraz de demagogia definido como corrección política, cuyo criterio primigenio es marear la perdiz para que ésta no levante el vuelo y se dirija a otros predios. Ese principio de pegarse al terreno seguramente permite sobrevivir, como sin duda sobrevivirán los vecinos de Los Villares, pero ni permite ni estimula el progreso.
josemaria@garcia-hoz.com

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