miércoles, agosto 15, 2007

Jose Javaloyes, Ridiculo identitario

miercoles 15 de agosto de 2007
Ridículo identitario José Javaloyes

Ha sido la apoteosis de la burbuja tripartita. Nunca cupo hinchar más y jamás pudo llegar a tanto el espíritu del Tinell donde se hizo el pacto contra todo lo que estuviera fuera del nacionalismo identitario y del socialismo. Habían cogido por banda, tras de los apagones de julio, al presidente de Endesa, en una liturgia, mestiza y sincrética de vudú y de talmudisno.
Los alfilerazos a Manuel Pizarro por rechazar aquella OPA ramplona de Gas Natural, y la imputación a la primera empresa eléctrica española de toda suerte de responsabilidades y culpas por causa de los apagones del pasado mes, constituían a ésta y a quien aún la preside en chivo expiatorio, de cuyo sacrificio se habría de derivar la solución de todos los males compendiados y compendiables en el victimismo nacionalista cursante en Cataluña.
La comparecencia del turolense Pizarro en el Parlament, además de dar pie a la descortesía suprema de inquirirle en catalán, idioma que no domina (en la Corona de Aragón se hablaba, además de castellano, aragonés, catalán, mallorquín y valenciano), sirvió, no obstante, para varias cosas.
Una, para encajar en Red Eléctrica la responsabilidad técnica de las graves perturbaciones padecidas por Barcelona, pues a ella corresponde la función de transportar hasta allí el fluido eléctrico. Y otra, para demostrar con números que, contrariamente a lo manifestado por los portavoces del poder tripartito, Endesa no sólo no discrimina negativamente en sus inversiones, sino que la discrimina positivamente, tanto en términos relativos como en términos absolutos.
Todo este episodio pone de manifiesto que el episodio de la gran perturbación eléctrica padecida en Cataluña ha traído consecuencias políticas absolutamente desalentadoras sobre la salud mental mayoritaria en su clase política. Toda la justa queja por lo ocurrido y la desviada atribución de la responsabilidad por lo sucedido, han dado la medida de la deriva colectiva en que está instalada la mayoría gobernante, alienada en la neurosis del victimismo nacionalista.
La opinión pública, además de arbitrar sobre las distintas calidades de gestión en las dos empresas políticamente imputadas, Endesa y Red Eléctrica —donde brilla la nesciencia de quien fue uno de los más objetables ministros de Agricultura padecidos por el campo español—, tomará cumplida nota de lo sucedido en las próximas elecciones generales, sea cual sea la fecha en que se celebren.
El capítulo al que corresponde el episodio del Parlament, escandalosamente expresivo de la falta de seny en la actual coalición ideológica gobernante, tanto allí como en el resto de España, habrá de tener su correspondiente traducción en las urnas. Tanto en el fondo como en la forma, el ceniciento espectáculo de incompetencia política y administrativa desplegada en la Cámara cuasi-soberana de Barcelona, resulta inseparable de la larga y desgarbada sombra del presidente Rodríguez, en tanto que motor del retrocambio político hacia el dislate nacional.
jose@javaloyes.net

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