jueves, agosto 02, 2007

Jose Javaloyes, ¿Piromanismo, o terrorismo?

viernes 3 de agosto de 2007
¿Piromanismo, o terrorismo? José Javaloyes

¿Para qué querían las miles de pastillas de encender barbacoas robadas meses atrás en Francia por supuestos etarras? Surge la pregunta al calor —infernal y catastrófico— de los incendios forestales en Canarias. Desde la confesión del antiguo guarda que se ha declarado autor de la activación de uno de los fuegos, parece lo razonable que tanto la búsqueda de culpables como la esgrima de las hipótesis de autoría, discurran sólo por los derroteros convencionales.
Abunda en ello el hecho de que en ocasiones anteriores, tanto en Canarias como en Galicia y otras comunidades, se hubieran averiguado responsabilidades de la misma naturaleza: guardas incendiarios o incendiarios de diversas motivaciones, desde el cerillazo por encargo a la demencia más estricta. De todo hay. Incluso causas fortuitas, con descuidos de algún campesino en la quema de rastrojos, o con chispas de barbacoa como en la tragedia de Guadalajara.
Aunque, en lo tocante a responsabilidades, necesario es señalar las que se contraen por mala gestión política y administrativa, muchas veces por déficit de prevención y limpieza de los montes, como ahora se ha denunciado en Canarias, donde por criterios extrañamente ecologistas se restringe la necesaria recogida de pinocha en los bosques de coníferas, por el entendimiento histéricamente purista de que ello resulta dañino para la integridad biológica de los pinares.
Tenida en cuenta la intensa reforestación que necesariamente se produce en España para paliar los estragos de los incendios, y advertido también el efecto negativo para el propio equilibrio ecológico que supone la desaparición de gran parte del pastoreo que siempre se hizo en nuestros montes, con el que se restaba una crítica cantidad de maleza, se echa en falta una estrategia nacional capaz de concertar los recursos de prevención disponibles y de los medios, disponibles también y necesarios, para sofocar las llamas lo más rápidamente posible cuando el siniestro se encuentra en lo que cabe entender como su primera fase.
Sobra monserga ecologista y gesticulación ambientalista en el predio administrativo de Cristina Narbona, y falta, como digo, una política nacional para prever y frenar los estragos forestales de cada verano, además de por todo lo considerado, por la añadida razón del ciclo alcista de las temperaturas en el que no adentramos. Algo aparte del Protocolo de Kioto y de sus monsergas para la redistribución de la renta global a favor de los países no industrializados. Países a los que habrá que ayudar desde argumentos científicamente más serios que el del abrochamiento tramposo del CO2 a la elevación de las temperaturas. Puesto que se trata de fenómeno presente en todo el sistema solar.
Pero a lo que íbamos. ¿Qué relación puede haber entre las pastillas de encender barbacoas robadas en Francia y los incendios forestales de Canarias y otros lugares, además de los que puedan sobrevenir en este agosto recién comenzado? Es posible y acaso probable que no haya ninguna. Pero resulta obligado señalarlo, estar atentos a toda posibilidad.
jose@javaloyes.net

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