lunes, agosto 13, 2007

Jose Javaloyes, Fin de semana azogado

lunes 13 de agosto de 2007
Fin de semana azogado José Javaloyes

Aunque nadie ha precisado que fuera Almadén y sus minas de mercurio el origen concreto del terremoto español habido en la mañana de domingo, cuyo epicentro se ha situado en Ciudad Real, el panorama informativo en la jornada de ayer aparecía, para el lector español, sensiblemente azogado y más que sólo nervioso. Con temblores ciertos de indeterminación frente a lo sucedido a lo largo del último fin de semana.
En Navarra, la tectónica de placas en la profundidad del socialismo de allí, hacía vaticinar otras tensiones añadidas en lo que toca a la estabilidad del nuevo Gobierno foral, mientras la perplejidad nacional se articula sobre cuales sean las claves últimas de las marchas y contramarchas del PSOE en tan significativa cuestión, con fortísimo sabor de arbitraje regio. Algo tan directamente relativo a la unidad existencial de España se ha venido a resolver con alto precio pagado, por el partido de la calle Ferraz, si se mide en términos de unidad interna. Al menos para sus militantes de Navarra: unos que están donde siempre estuvieron y otros que se encuentran tocados de descontrolada delicuescencia (zapaterista), por su apertura hacia el nacionalismo vasco…
En otros órdenes de cosas, mientras conviene que pasen unas fechas más para saber en qué queda ese reencuentro franco-americano despachado con hamburguesas entre el presidente norteamericano y el jefe del Estado francés, Nicolás Sarkozy en la veraniega residencia paterna del primer Bush (el mismo escenario por el que pasó en el mes de julio Vladimir Putín, y que fue vísperas de todo ante el problema de los nuevos euromisiles, para quedarse rigurosamente en nada), conviene también prestar atención a ese suceso germinal de los musulmanes en Yakarta.
Allí, en la capital de Indonesia, informan las agencias de una reunión de 100.000 islámicos. Es cifra absolutamente importante pese a lo relativo de su contexto demográfico, indonésico en particular y asiático en general. Ha sido un suceso religioso y político, en que tales secuaces de Mahoma se han concertado en la propuesta de que se vaya a una Ecumene islámica, en forma de un solo un Estado que agrupe, en lo político y en lo religioso, a cuantos comulgan esa fe, desde los moros de Filipinas y del resto del Asia insular y continental, entre el Índico y el Pacífico, hasta la morería norteafricana y el Atlántico surafricano.
Ni la efervescencia islámica se reduce al ruido del terror de Al Qaeda y sus talibanes de cualquier metodología, ni tampoco se debe despreciar la dinámica interna, es decir su interacción, que presentan los diversos islamismos cursantes. Si el nacionalismo árabe fue la magnitud de referencia durante más de media centuria, en el pasado siglo XX, eso , en la actualidad, es poco menos que una categoría conceptual amortizada después de la guerra de Afganistán que perdió la URSS, y para la que los Servicios de Inteligencia occidentales, principalmente los estadounidenses, movilizaron las aguas dormidas del islamismo integrista, con la financiación saudí y la colaboración decisiva de Pakistán: aliado histórico de los norteamericanos durante el dilatado compás de la Guerra Fría.
Aquellos episodios aportaron las condiciones críticas para que el nuevo Islam en armas, rebasada la circunstancia concreta para la que se concibió, eclosionara como una variable independiente, en la que ha cristalizado, con el terrorismo de Al Qaeda, el sueño de una Yihad global para el regreso al mito político-religioso de la unidad de los musulmanes, en un mismo poder y a lo ancho del Globo.
Un tanto azogado también, el mundo contempla el “ricorsi”, el regreso, de la Media Luna, y no sólo, ciertamente, por el concilio pro-ecuménico de los moros de todas partes en Yakarta, donde las gentes de Ben Laden tienen acreditada presencia operativa.
Y para concluir con los temblores y azogamientos de estos días, anotamos asimismo los de las Bolsas, temerosas de despertar hoy. Luego de haber dormido su miedo y el letargo de la esperanza en el colchón del fin de semana.
jose@javaloyes.net

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