lunes, agosto 13, 2007

Jose Felix Merladet, La nueva partitura europea

La nueva partitura europea
13.08.2007 -
JOSÉ FÉLIX MERLADET

El 'no' en los referendos francés y neerlandés sumió Europa en un clamoroso e inquietante silencio de dos años. En el último Consejo Europeo de Bruselas, tras 72 horas de esfuerzos, surgió por fin una nueva melodía. La presidencia alemana y el flamante presidente Sarkozy han esbozado una partitura más sobria y con menos coloratura que la del prolijo proyecto rechazado. Ahora corresponde a las recién estrenadas presidencia portuguesa y Conferencia Intergubernamental (CIG) ensayar con la orquesta para poder estrenar la nueva composición antes de final de año evitando cacofonías y disonancias.Para quienes desean una Europa más intensa y armónica, para los que buscan la construcción de la UE como un actor político y de seguridad internacional con personalidad jurídica, clara coherencia y voz única, así como la institucionalización del modelo social europeo, para quienes aspiran a una Unión federal apoyada en unidades políticas más pequeñas, eficaces y cercanas al ciudadano gracias al principio de subsidiariedad, para los que creen que debe haber un gobierno europeo elegido gracias al sufragio universal y democrático, responsable, transparente y eficiente, para los que aspiran a unas únicas políticas exterior, de seguridad y defensa (sin depender del paraguas de la OTAN), de desarrollo y comercial, a todos estos el nuevo proyecto de Tratado de reforma se nos queda un poco corto. Ha prevalecido el acuerdo formal sobre el contenido por la frustrante necesidad de unanimidad a 27. Las serias objeciones de Polonia al acuerdo con vistas a mantener a toda costa su estatus de potencia media en la toma de decisiones parecen cumplir las más tópicas y también pesimistas previsiones de aquéllos que pensaban que la ampliación hipotecaría los avances en integración política y social. La actitud de ciertos países confirma que la unión política y social es motivo de desacuerdo no técnico, como se está queriendo hacer ver, sino político y que pueden dejar de ser prioridad mayoritaria; que el 'widening' (expansión) ha puesto contra las cuerdas al 'deepening' (profundización) en la construcción europea. Quizás haya que esperar hasta que los nuevos miembros entiendan que Europa no son sólo las ayudas, el euro y la unión económica, sino un proyecto político y social que busca la implantación a nivel global de un nuevo modelo de valores humanos, sociales y de multilateralismo efectivo. Nos hallamos ante un problema de 'cultura política' en el sentido en el que es relativamente normal que los nuevos miembros, machacados por ideologías políticas durante demasiado tiempo, no sientan ni vean las ventajas de una unión política y social. A medio plazo, serán la desaparición del miedo a lo ideológico y una evolución en las mentes y las juventudes que crezcan como parte íntegra de Europa las que desbloqueen la parálisis europea.La situación parece delicada y sin embargo no se debe nunca tirar al bebé con el agua del baño: el nuevo proyecto de Tratado, también llamado 'mini-Tratado', tiene indudables aspectos positivos. Dice Moratinos que el 98% de la sustancia del Tratado Constitucional pervive. Entre las mejoras de la reforma de los documentos vigentes que implicará el nuevo Tratado y como subraya el presidente de la Comisión Durao Barroso cabe destacar las siguientes:Funcionamiento de la UniónCuando el nuevo Tratado entre en vigor habrá un esquema institucional más estable que aspirará a durar algún tiempo. Gracias a la extensión del procedimiento de co-decisión, la mayoría de la legislación europea será adoptada conjuntamente por el Parlamento europeo y el Consejo de Ministros. La ampliación del número de casos en que las decisiones serán adoptadas por mayoría cualificada (40 nuevos) reducirá los riesgos de bloqueo decisional. El sistema de votación en el Consejo será revisado y simplificado a partir de 2014. No harán falta nuevos ajustes de la composición del Parlamento y de la Comisión a cada nueva adhesión. También se prevé la progresiva simplificación en el cálculo de la mayoría cualificada.El papel de los parlamentos nacionales en la integración se potencia también; la mayor transparencia en la actuación del Consejo les permitirá monitorear las posiciones de sus respectivos gobiernos. En el futuro, si una mayoría de los parlamentos nacionales está en desacuerdo con una propuesta de la Comisión por razones de subsidiariedad y la Comisión no acepta cambiarla, un nuevo procedimiento permitirá que una mayoría del 55% del Parlamento o del Consejo pueda detenerla después de escuchar a ambas partes.También se incluyen nuevas posibilidades para tratar con los efectos transfronterizos del cambio climático, la política energética, la salud pública y la protección civil. La UE puede ser más eficaz en el combate del terrorismo y de las mafias, en prevención de delitos y en tráfico de seres humanos y para evitar el 'shopping' del derecho de asilo. Se incluyen cláusulas de solidaridad en las áreas del terrorismo y la seguridad energética. Derechos y sociedad civilEl nuevo Tratado aspira a reforzar las bases democráticas de la UE. Incorpora la Carta de Derechos Fundamentales y le confiere fuerza legal (con un arreglo especial para el Reino Unido). Si se consigue el acuerdo con Polonia sobre los aspectos controvertidos (derechos de homosexuales y transexuales, por ejemplo), los europeos dispondrán de un catálogo de derechos y principios fundamentales que los poderes públicos deberán respetar: El Tribunal de Justicia velará por dicho cumplimiento. La UE como tal podrá también adherirse a la Convención Europea de Derechos Humanos. Como señal esperanzadora del reforzamiento democrático, un nuevo mecanismo asegura la participación de los ciudadanos en el proceso legislativo: se introduce la iniciativa popular que otorga a un millón de ciudadanos la posibilidad de pedir a la Comisión que introduzca legislación sobre cualquier tema de competencia de la Unión. Por otro lado, el nuevo Tratado distingue con más claridad las áreas en que la UE es competente de aquéllas en que no lo es. También se busca abrir y acercar a los ciudadanos los procedimientos en el Consejo. Y se realza el rol de la sociedad civil.La UE como actor internacionalEn general trasluce la voluntad de la UE para jugar un mayor papel político en la esfera internacional en consonancia con su estatura económica. Se busca superar la vieja caricaturización como gigante económico y enano político. Así, se crea un nuevo alto representante para la política exterior y de seguridad que también será vicepresidente de la Comisión y Comisario para las relaciones exteriores (o RELEX). Con ello se busca una mayor visibilidad de la acción exterior de la UE. Esta función bicéfala reforzará las sinergias interinstitucionales Comisión-Consejo de Ministros y dará más coherencia a las distintas ramas de acción exterior, en particular entre la Política de Desarrollo y la PESC. Se crea también para asistirle un servicio diplomático europeo.Esta vez se ha cogido menos carrerilla e impulso que con el malhadado Tratado constitucional, pero a toda costa se ha querido evitar el salto nulo. Al fin y al cabo se trata de una carrera de fondo que ha durado ya 50 años y que nos ha traído el mercado único con libertad de circulación de personas, servicios y capitales, la desaparición de fronteras internas y una moneda única. El esfuerzo bien vale un pequeño respiro. Lo importante no es ganar o correr más rápido, ni siquiera con más estilo sino poder seguir avanzando y llegar a alguna parte.

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