viernes, agosto 31, 2007

Jaime Peñafiel, No es lo que parece

viernes 31 de agosto de 2007
No es lo que parece Jaime Peñafiel

Desde hace tiempo se viene pidiendo, por activa y por pasiva, no sólo Esquerra Republicana o Izquierda Unida, transparencia en los gastos del Rey, en los gastos de la Familia Real.
Aunque la Constitución dice, taxativamente, que Su Majestad recibe, de los Presupuestos Generales del Estado, una cantidad global, para el sostenimiento de su Familia y Casa, cantidad que distribuyen libremente, al personal, a los ciudadanos, les gustaría saber en qué gastan los casi 8 millones de euros de dinero público. Al detalle. Como hace la Reina Isabel de Inglaterra por ejemplo y, todos los reyes reinantes, menos el soberano de Lietchtestein, que no recibe ni cinco, ya que todo lo pone de su bolsillo y, Alberto de Mónaco para quien, el principado, es como si fuera todo suyo, que lo es.
Los demás, hasta el último euro. La prima Lilibeth, incluso lo que gasta en artículos de limpieza.
El pasado martes todos los periódicos recogían, incluso en primera página, la noticia del nombramiento de un nuevo colaborador de Su Majestad.
No tendría mayor importancia ya que, según el articulo 65.2, “el Rey nombra y releva, libremente, a los miembros civiles y militares de su Casa”.
Si este nombramiento, no estuviese relacionado, con los dineros, que junto al sexo es lo que más interesa al personal, la noticia no hubiera merecido tales honores de portada.
La importancia del cargo se reflejaba en los titulares de la prensa: “el Rey nombra un interventor para que controle, por vez primera, las cuentas de la Casa Real” (El Mundo).
“El Rey crea el cargo de interventor para mejorar el funcionamiento de su Casa” (ABC).
Pero no es lo que parece ya que, según fuentes de la Zarzuela, el nombramiento del señor Moreno Gil, número uno de su promoción de interventor, es una decisión puramente “burocrática” que no guarda relación con las peticiones que, algunas formaciones políticas para que se den a conocer, a la opinión pública, las cuentas pormenorizadas, de la Real Casa, de la Jefatura del Estado.
Toda una ducha fría ya que seguiremos, sin conocer al detalle, los gastos de la Zarzuela (el Rey y la Reina) y, de la Zarzuela-bis, (el Príncipe, Letizia y sus hijas), que es otra familia.

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