jueves, agosto 02, 2007

Jaime Peñafiel, Las topicas listas de...

Las tópicas listas de… Jaime Peñafiel

…los más ricos, los más famosos, los más guapos, los más feos… Esta semana, Vanity Fair, la conocida y glamurosa revista norteamericana, ha publicado la lista de los más elegantes, ridícula clasificación en la que, si no están todos los que son, realmente elegantes, tampoco son los que están. No hay modelo para quien busca lo que nunca ha visto.
Considerar a David Beckham como un ser que sabe vestir bien es como elegir a Rafa Nadal, a Bisbal o al propio Alonso como prototipos de la elegancia masculina.
Alguien dijo un día, a propósito de estas listas: mira y elige si te atreves.
Cierto es que los parámetros de la moda han cambiado, pero no tanto para que Beckham y su impresentable esposa, la mujer más ridícula y patética junto a Paris Hilton, hayan sido elegidos como unos de los más elegantes del momento; es como para echarse a reír.
Otra cosa son Luis y Rafael Medina, los hijos de Nati Abascal, incluidos en esta lista norteamericana, quienes, independiente de poseer espectaculares perchas, saben vestirlas adecuadamente. Sin estridencias. Sin exageraciones. Sino con la naturalidad de un don que se posee genéticamente.
Siempre he desconfiado, cuando no rechazado, de estas listas que suelen confeccionarse en las redacciones de periódicos y revistas, cuando no hay nada más noticiable de que ocuparse, por la sequía informativa del verano.
Aun así, prefiero este ranking del Vanity, que el de las revistas españolas, siempre tan cortesanas con la familia real.
No hay lista en la que no se incluya, ya sea a la Reina Sofía, las infantas Elena y Cristina e incluso a Letizia.
Se olvidan quienes se dedican a esta selección que los miembros de la Casa Real española no concursan nunca. Al igual que no votan o no trabajan, sino que representan al Estado Español como figuras institucionales. Aun así, no son elegantes, pudiendo serlo, por los modistos que las visten.
¿No se han dado cuenta que a la Reina le sientan los pantalones peor que a la abuela Enriqueta y que, para ser elegante, le sobran collares y pulseras?
Leticia, por su parte, no acaba de adquirir ese punto de elegancia natural que tan difícil es tener, aunque a su disposición disponga de todo el dinero del mundo.
Todavía recuerdo, con horror, aquel paseo entre vacas durante un día de vacaciones en la casita de la abuela Menchu.
¿Cómo se podía llevar, para la excursión campestre, el último modelo de bolso de Loewe que tanto cantaba, no sólo por el tamaño sino por lo inadecuado que era?
De los royals españoles me quedo con el Rey Juan Carlos, quien, a pesar de su edad, sigue vistiendo con elegancia natural. Sobre todo los trajes de chaqueta cruzada, tan difíciles de lucir y que le confecciona Larrainza.
De entre las monarquías europeas, si tuviera que confeccionar una lista de los más elegantes, los primeros puestos serían para el Príncipe Carlos de Inglaterra y su padre, Felipe de Edimburgo.
Eso es vestir bien, y otra cosa es intentarlo, que casi nunca da resultado.

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