domingo, agosto 05, 2007

Iñaki Ezquerra, Izquierda y derecha

Izquierda y derecha
06.08.2007 -
IÑAKI EZKERRA i.ezkerra@diario-elcorreo.com

Cada vez se encuentra uno con más amigos que no creen en la clásica división ideológica de la izquierda y la derecha; que les parece que ese paradigma ya está superado y que no sirve como instrumento de análisis del presente ni de acción política. Por un lado a uno le deprime y le inquieta esa superioridad estratosférica, esa exquisitez espiritual e intelectual que se traduce en inutilidad práctica, ese limbo inoperante en el que esa peña anda instalada. Pero por otro lado a uno también le parece que tiene algo de bueno y de tranquilizador que sus amistades vayan coincidiendo en un número creciente en ese filosófico desapasionamiento, en esa descreencia de las viejas banderas. Me puede repatear su falta de compromiso, de ganas de pelear, de pasión, pero a la vez la prefiero a ciertos excesos en el camino equivocado. Al fin y al cabo -me digo- ése es un signo de que no hay entre ellos ningún talibán ni de derechas ni de izquierdas; de que uno no ha hecho demasiado mal las cosas cuando ha acabado yéndose a juntar por la vía natural, afectiva y fáctica -ya que no artificial, reflexiva y teórica- con un número creciente de seres que jamás van a matar una mosca y que dejan vivir en paz a los otros. Porque los descreídos -hay que admitirlo- son la mejor compañía para cenas y tertulias. Son gente amable y amena que nunca se levanta de pronto de la silla cabreada.Uno nunca será de ellos aunque los aprecie y sepa valorar su solubilidad, su evanescencia y su delicuescencia. Uno tiene otro carácter y además la sospecha de que se equivocan en la descalificación total de ese tradicional esquema que, por más que naciera por pura casualidad en 1789 y para una arbitraria división del voto de la Asamblea Nacional Francesa que colocó a los moderados a la derecha y a los radicales a la izquierda de la presidencia, se ha ido cargando de sentido durante más de dos siglos hasta seguir siendo una inevitable referencia en un tiempo que quiere desposeerlo de sentido. Se ha dicho que la izquierda y la derecha sólo responden ya a una cuestión de lenguaje. Pero aunque así fuera sería ése un argumento suficiente para su vigencia. Aunque sólo fuera por lo limitado que es el lenguaje tenemos que seguir hablando de izquierda y de derecha para entendernos mientras no seamos capaces de crear otras categorías. Debemos seguir invocando ese 'Barrio Sésamo' de la política incluso para denunciar a la izquierda cuando hace una política reaccionaria o para valorar a la derecha cuando abraza medidas progresistas.La denuncia de la caída de la retórica de la izquierda y la derecha es tan pura que se queda en retórica, se sale del mapa del lenguaje con lo cual tal denuncia es inaudible. Y esto se repite en el plano de los valores. Tan éticos son los descreídos que se salen de la ética para instalarse por encima del bien y del mal.

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