jueves, agosto 16, 2007

Hugo, Olores a KK en Argentina

jueves 16 de agosto de 2007
Olores a KK en Argentina
Hugo Alberto de Pedro (Buenos Aires)
E L Gobierno de la República Argentina parece no pasar ni la más mínima prueba sobre la forma de ejercer la administración pública y el comportamiento y cumplimiento de los deberes de sus funcionarios, un dato que no es menor después de cuatro años de mandato que pretende perpetuarse mediante un cambio de figuritas, nepotismo mediante. Las prácticas autoritarias y la corrupción que vamos conociendo a nivel nacional son el correlato de la mismísima forma en qué Néstor Kirchner condujo los destinos de la provincia de Santa Cruz durante doce años consecutivos, con muchos de los mismos funcionarios que hoy ejercen la administración a nivel nacional. La diferencia fundamental radica, indudablemente, en el hecho que cada día que pasa es imposible poder tapar los desmanejos y las arbitrariedades, idénticas a las realizadas en la mencionada provincia, que tienen como eje la matriz compuesta por la malversación de los fondos públicos, el culto a las mentiras, el enriquecimiento espurio de los funcionarios y el avasallamiento de los organismos e instituciones de control público. El malintencionado y oportunista populismo, junto con la utilización de las banderas de los Derechos Humanos y un premeditado acercamiento -vacío de identidad y pertenencia- con gobiernos de izquierda, permitió a Kirchner sumar díscolas voluntades de la más abigarradas procedencias (menemismo, duhaldismo, radicalismo, frepasistas, socialistas, organizaciones sociales, etc.) conmovidas únicamente por el calor del poder, dádivas y prebendas recibidas a cambio de silencios y complicidades. Las contrataciones, cargos y embajadas completan el círculo acomodadizo de las nuevas y nuevos kirchneristas, tan consustanciados con el poder cómo duradero sea el retributivo compromiso. En cada oportunidad que las investigaciones periodísticas, las denuncias políticas o algún desprevenido dictamen de un organismo público de control toman estado público brotan por doquier cuestiones que rozan ilícitos y malversaciones públicas, las cuales inmediatamente son desestimadas por el funcionariato con la intención de esconder las miserias propias de quienes están abusando de los poderes delegados. La bonanza de las cuentas públicas producto de cuestiones meramente coyunturales y muy alejadas de un plan nacional económico y financiero, obviamente administradas de forma inconsulta y de manera totalmente arbitraria, es el único elemento que permite dar un plafón para no generar un disconformismo generalizado en la ciudadanía. Sobres, valijas, vuelos, comisiones, índices, viajes, obras públicas fideicomisadas, votaciones mudas y sordas, disposiciones judiciales, negociados, miedos, autoritarismos, enriquecimientos e impunes apretadas son algunas de las cosas que huelen muy mal, huelen a corrompido y putrefacto por nuestras tierras. Hoy tenemos una “K” gobernando, quizás en un tiempo otra “K” seguirá dirigiendo los destinos del país. Todo hace prever entonces que los efluvios seguirán oliendo a “KK” en Argentina.

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