jueves, agosto 02, 2007

German Yanke, Navarra, fantoches y nerviosos

viernes 3 de agosto de 2007
Navarra, fantoches y nerviosos Germán Yanke

Se deben estar tirando de los pelos en Ferraz con el asunto del Partido Socialista de Navarra porque, independientemente de la resolución final que tomen para la formación de Gobierno en aquella comunidad autónoma, han debido darse cuenta de que tienen en Pamplona una mezcla de fantoches y nerviosos que puede ser una bomba.
Podían haber mantenido abiertas las dos opciones posibles (dejar gobernar a UPN en minoría o formar una coalición con los nacionalistas) e incluso con ese panorama negociar con la Ejecutiva Federal. Pero no, aun sabiendo que los tiros no van aparentemente por ahí, optan por la segunda como Gobierno “posible” y piden el apoyo del PSOE.
El asunto es tan atrabiliario que hay quien sostiene que todo es una mera estrategia. El PSOE se resiste, se hace ver que considera que lo mejor es dejar a UPN en minoría, el PSN insiste y el PSOE, al final, cede con aparente cara de enfado porque si Navarra tiene que lo que los navarros quieran —como dice Rodríguez Zapatero— qué menos que el PNS haga lo que sus afiliados desean. Puede sonar a rocambolesco pero uno ya está acostumbrado a todo. Pero ni en esa hipótesis me desdigo porque también en ese caso deben estar tirándose de los pelos en Ferraz al ver que su estrategia depende de trampas así y de los equilibrios de unos señores tan fantoches (“Gobierno de cambio” siendo la tercera fuerza de la comunidad) y tan nerviosos.
Pero no es que la estrategia sea, si es, rocambolesca. Es que la estrategia, si es, es una locura para el PSOE. Los socialistas navarros (acompañados de otros socialistas no navarros) pueden pensar que lo importante es el poder, aunque sea pasando por la vergüenza de desdecirse y presidir el Gobierno foral siendo la tercera fuerza política y por la sinrazón de hacerlo con los nacionalistas. Pueden incluso sostener, de acuerdo con los parámetros intelectuales del secretario general del PSOE, que los hechos son los hechos y se llevan tras de sí todas las palabras, que se soportan las críticas un tiempo y después se sigue en el sillón. Pero el PSOE sabe que este tipo de deseos son suicidas.
Más suicidas aun después de conocidas las conversaciones de los socialistas vascos con Batasuna y el PNV y Navarra de por medio. Rodríguez Zapatero sabe que en esta cuestión —en su falta de medida y de sentido común durante el “proceso”— está el boquete más grande y peligroso para las próximas elecciones. Su ventaja en el contexto del empate técnico con el PP se liquidaría si sigue dando muestras de inclinación al “proceso” y al entendimiento indiscreto con los nacionalistas. Digo dando muestras porque no dudo de que, en su ánimo, está volver al “final dialogado”, pero no ahora ni con luz y taquígrafos. Digo “indiscreto” porque imagino que lo primero que el PSOE transmite a sus amigos nacionalistas, a ocho meses de las elecciones, es que tiene que ganarlas. Y para ganarlas hay que dar muestra, si no de arrepentimiento, sí de que se tiene otra imagen. No es baladí que el primer “fichaje” tras la ruptura del alto el fuego haya sido José Bono, que ayer mismo se mostraba contrario a un acuerdo con los “independentistas camuflados” de Nafarroa Bai,
Cuidado, por tanto, con los fantoches y nerviosos

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