martes, agosto 07, 2007

Florencio Dominguez, Extorsion

Extorsión
07.08.2007 -
FLORENCIO DOMÍNGUEZ

Las cartas de extorsión de ETA llegan cada día a los empresarios del País Vasco y Navarra solicitando dinero para mantener la actividad terrorista. La última misiva conocida reclama nada menos que 400.000 euros que la banda nunca llegará a cobrar porque en esta ocasión el destinatario ha tenido el coraje cívico de no pagar y comunicar a la policía el intento de chantaje. Ese empresario, como todos los que han actuado de igual modo, se ha hecho merecedor de un reconocimiento público que nunca podrá tener porque se ve obligado a vivir en el anonimato por razones de seguridad.Con la cifra de 400.000 euros reclamados en esa carta, ETA podría financiar todos los gastos del 'aparato militar' durante ocho meses o podría también pagar el sueldo a un centenar de etarras durante 17 meses. Esa cantidad basta para proporcionar todos los fondos que se necesitan para la compra de material del 'aparato logístico' (el que suministra las armas y las bombas) durante cinco años y medio. Igualmente, con ese dinero se podrían atender durante tres años y tres meses los gastos que la banda llama «de vivir» («los gastos de la casa y lo que se necesita para comer») de todos los pistoleros que están en la reserva esperando a ser encuadrados en los comandos activos.La banda pactó que durante la tregua no practicaría la extorsión, pero le faltó tiempo para incumplir lo prometido y cuando le pidieron cuentas por esa manifiesta falta de palabra alegó con descaro que en las cartas de chantaje que estaba enviando no incluía expresiones de amenaza. Como si el mero hecho de recibir una petición de dinero con el sello de los terroristas no fuera una amenaza en sí misma. Ahora que se ha acabado la tregua las amenazas son expresas. Es evidente que ETA no ha dejado de ingresar dinero ni siquiera durante la tregua porque ha mantenido la extorsión, pero es probable que las cantidades obtenidas no sean suficientes para cubrir todas sus necesidades, a pesar de que se trata de una organización con un presupuesto relativamente modesto, inferior a los dos millones de euros al año.Los datos que se conocen de las finanzas de ETA revelan que hay una estrecha relación entre el nivel de los atentados y los ingresos económicos de la banda. Si hay pocos atentados o éstos no van dirigidos contra empresas, los resultados de la extorsión son escasos. En cambio, en las épocas de intensa actividad terrorista los flujos de dinero son más regulares y más nutridos. El miedo es el factor que abre las cajas de caudales a los etarras. Ellos lo saben y lo administran. Si se consuma la vuelta a los atentados, las empresas y los empresarios figurarán de nuevo entre los objetivos preferentes. f.dominguez@diario-elcorreo.com

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