jueves, agosto 09, 2007

Ferrand, Peripatetico Zapatero

jueves 9 de agosto de 2007
Peripatético Zapatero

POR M. MARTÍN FERRAND
ENTRE la inactividad perezosa e incompetente, propia de la jornada laboral de muchos cargos con poder, y el ocio vacacional existe una diferencia determinante: el segundo nos resulta mucho más barato a los contribuyentes. Mientras las autoridades descansan, el Presupuesto permanece inalterado. De ahí que resulte benéfico para todos que, tanto el Gobierno y sus próximos como la oposición anden desperdigados por los lugares turísticos de España que, en más o en menos, puedan llegar a darles algún rendimiento electoral. José Luis Rodríguez Zapatero, según informan los pregoneros de la grandeza gubernamental, maestros en alabanzas propias y demoliciones ajenas, ya ha sentado plaza en el Coto de Doñana.
La Agencia Efe, uno de los más eficaces instrumentos de la propaganda gubernamental, ahora en turno de servicio socialista, acaba de distribuir un lote de fotografías protagonizadas por el presidente y su mujer, Sonsoles Espinosa, que ayer publicaron todos los diarios y que, en justicia, deben reconocerse como piezas maestras, incluso modélicas, del tributo hagiográfico que los medios informativos de titularidad pública pueden rendirle a un jefe de Gobierno. Aquí mismo, en ABC, se publicó una de ellas en la que la pareja, cogiditos de la mano, ostentaba su sencillez en un paseo -ella con vestido oscuro y abundante y él con zapatos y abrochados los puños de la camisa- por una playa de Sanlúcar de Barrameda.
Otros diarios optaron por la estampa de la pareja en uno de los chiringuitos del lugar, con idéntico atuendo, y dando cuenta de una botella de manzanilla sanluqueña y de unas tortillitas de camarones. Nada de langostinos, la joya gastronómica de aquellas aguas, que podrían darle a la imagen un aire de distancia y suntuosidad impropia de una izquierda que, en reverencia a la «memoria histórica», no ha debido perder la del hambre que, para nuestra común desgracia, es el valor vigente durante más siglos a lo largo de la Historia. Las tortillas de camarones son el máximo avance en la socialización del marisco. Junto al más mínimo de los crustáceos, con la única ostentación de sus bigotes, mucha harina y el arte de la fritura. Algo ejemplar y simbólico.
Más de una vez he subrayado aquí el virtuosismo con el que los servicios de propaganda propios de La Moncloa y/o el PSOE manejan y proyectan la imagen de Zapatero; pero este episodio de vino y camarón, mezcla de modestia en las costumbres, fidelidad en la pareja, contención en el vestuario y austeridad en el tapeo supera todo lo conocido. Dado que al presidente no le resulta posible desaparecer, nada mejor que presentarle al margen de lo que nos afecta e inquieta -desde la situación en Navarra al caos de los transportes barceloneses-, en un marco de sosiego y con el efecto añadido, supongo que no buscado, de que reconozcamos al líder socialista, ya que no su afinidad con Aristóteles, su condición verdaderamente peripatética.

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