miércoles, agosto 22, 2007

El PNV esta "harto" de EA y EB y cree una "paradoja" que esten en el gobierno

miercoles 22 de agosto de 2007
dura respuesta de urkullu
El PNV se declara «harto» de EA y EB y cree una «paradoja» que continúen en el Gobierno
Urkullu afirma que «no es posible seguir callados» y acusa a sus socios en el Ejecutivo vasco de «querer sacar pecho desde la provocación» Joseba Azkarraga reitera su «lealtad» al lehendakari
DAVID GUADILLA d.guadilla@diario-elcorreo.com

TENSIÓN. Urkullu se dirige en el Parlamento vasco a Madrazo en presencia de Azkarraga y Balza, en una imagen de archivo. / IGOR AIZPURU
ACUERDO DE GOBIERNOFRASES DE URKULLU
Tras las elecciones de abril de 2005, PNV, EA y EB firmaron un acuerdo de gobierno en el que se afirmaba lo siguiente en relación con la celebración de una consulta: «Es una legislatura para decidir. ( ) El Gobierno solicitará al Parlamento autorización para que, en un escenario de ausencia de violencia y sin exclusiones, se realice una consulta popular a la sociedad vasca que ratifique el acuerdo político alcanzado». «Esta autorización deberá incorporar, de forma pactada, los diferentes aspectos de la propia consulta». ( )
«No es posible seguir callados». El PNV explotó ayer y lanzó una andanada de enorme potencia a sus socios en el Gobierno vasco -Eusko Alkartasuna y Ezker Batua-, que coloca al gabinete presidido por Juan José Ibarretxe en una muy delicada posición. Cuando apenas ha transcurrido la mitad de la legislatura, el tripartito se enfrenta a una de las peores tormentas a las que ha tenido que hacer frente. En un gesto sin precedentes, el portavoz del Euzkadi buru batzar, Iñigo Urkullu, expresó su hartazgo con EA y EB, les instó a que «si no están a gusto compartiendo responsabilidad con el PNV que lo digan» e incluso consideró una «paradoja» su permanencia en el Ejecutivo. Casi de forma inmediata, Joseba Azkarraga mostró su «lealtad» al lehendakari.Las relaciones entre los tres integrantes del Gobierno autónomo están muy cerca de alcanzar un punto de no retorno. Destacados portavoces del gabinete Ibarretxe han recalcado estos últimos meses que el Ejecutivo está «blindado» frente a las desavenencias que puedan surgir entre el PNV, EA y EB. Pero a medida que pasan las semanas, cada vez es más evidente que esa coraza dificilmente podrá aguantar todos los embates.La gota que ha colmado el vaso de la paciencia peneuvista han sido las declaraciones efectuadas el lunes por Joseba Azkarraga y Javier Madrazo, hombres fuertes de EA y EB en el tripartito e integrantes junto a Ibarretxe del consejo político del Gobierno. Mientras el consejero de Justicia mostraba su «más absoluto rechazo a la transversalidad», el de Vivienda insistía en la necesidad de celebrar una consulta sobre el futuro del País Vasco. Con estas declaraciones, ambos entraban de lleno en el debate abierto en el seno del PNV para posicionarse a favor de las tesis de Joseba Egibar y criticar de forma velada a Josu Jon Imaz, firme partidario de lograr un acuerdo entre «las diferentes sensibilidades» políticas y de aparcar cualquier referéndum mientras persista la violencia de ETA.Las reflexiones de Azkarraga y Madrazo han provocado un desconocido nivel de indignación en el seno del EBB, cuyo portavoz emitió ayer un comunicado cargado de reproches hacia sus teóricos aliados. Urkullu no ahorró calificativos en una nota que demuestra las tensas relaciones que en estos momentos existen entre el PNV, EA y EB. «No se puede ser más desleal con el lehendakari», «huida hacia adelante» o «desvergüenza» fueron algunas de las expresiones que el dirigente jeltzale empleó para definir la actitud de sus socios.En un claro aviso a navegantes, Urkullu instó a Azkarraga y a Madrazo a no meterse en el debate que se está llevando a cabo en el PNV, formación que está elaborando su nueva ponencia política y que en otoño iniciará su proceso de renovación de cargos internos sin que se haya desvelado aún si habrá una o dos candidaturas y si Imaz y Egibar volverán a enfrentarse. «Mírese cada uno dentro de su casa en la confianza de que el PNV ni va a sembrar divisiones internas de nadie ni va a liderar a esta sociedad desde la frivolidad ni la ligereza y sin verse condicionado por nadie», sostuvo Urkullu.El dirigente peneuvista consideró que las declaraciones de Azkarraga tienen «un cierto toque de cinismo» porque, recordó, tanto a EA como a EB «no les ha temblado el pulso» para intentar llegar a acuerdos con el PSE y Batasuna para gobernar ayuntamientos y diputaciones. «Sarcástico»La situación ha llegado a tal punto que, según Urkullu, estos «hechos relevantes» -por las declaraciones de Azkarraga y Madrazo- deben ser analizados «no sólo en el seno del Gobierno vasco, sino principalmente por el PNV», cuya ejecutiva se reúne el lunes. En todo caso, a su juicio, es una «paradoja» que quienes «deseaban» otra fórmula de gobierno tras las elecciones del 27 de mayo permanezcan en el Gobierno y es «sarcástico» que acusen al PNV y a su presidente «de aquello que es lo que alguno de ellos desea realmente pero que no se atreve a decir publicamente».Sin bajar el nivel de las críticas, Urkullu se declaró «harto del juego» de «sacar cabeza ante la opinión pública» que realizan «algunas personas» que, «no teniendo el respaldo suficiente por parte de la ciudadanía quieren, desde la provocación al lehendakari y al PNV, sacar pecho».Azkarraga respondió de forma inmediata. Por medio de otro comunicado, el dirigente de EA sostuvo que sus afirmaciones del lunes fueron fruto «de una reflexión personal hecha desde mis convicciones políticas» y que su intención no fue interferir en el debate interno del PNV. Además de resaltar su «lealtad» hacia el lehendakari, manifestó que la formación jeltzale «no detenta la exclusiva de la ideología nacionalista». Por su parte, Madrazo tiene previsto comparecer hoy en rueda de prensa.El alcance de esta crisis está por ver. Fuentes del Gobierno vasco descartan que pueda romperse por la sencilla razón de que «no hay alternativa». Según esta versión, ahora toca «recomponer relaciones» de cara al Pleno de política general de septiembre.En la polémica terciaron el PSE y Batasuna. El socialista José Antonio Pastor tachó las palabras de Azkarraga de «enorme irresponsabilidad», mientras que Pernando Barrena exigió a Ibarretxe que se muestre «fuerte» en lo que respecta a la celebración de una consulta.

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