miércoles, agosto 15, 2007

El cántaro de "Mandatela" Alvarez

El cántaro de "Mandatela" Álvarez
Miguel Ángel Orellana
15 de agosto de 2007. Tanto va el cántaro a la fuente… La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, está en la cuerda floja: en el Congreso ha perdido la confianza de IU-ICV, CiU, ERC, lo que, sumado al Partido Popular, implica que empieza a carecer de mayoría suficiente para seguir adelante en el Gobierno. Materializado este sentir, queda patente que Mandatela, así la llaman, no cuenta con los apoyos suficientes para seguir en el cargo. Hay precedentes en la democracia. Es el caso de Esperanza Aguirre, que dejó el cargo de ministra de Educación tras ser contestada por su famoso decreto de Humanidades, o el de Miguel Ángel Rodríguez, cesado como secretario de Estado de Comunicación tras desplegar una cadena de hostilidades. El cántaro de la ministra se ha ido llenando de la crisis del aeropuerto de El Prat, de la de Cercanías de Cataluña, de la del AVE… Y de su personalidad. El propio carácter narcisista, vanidoso y sectario de la doña, su baja opinión del cargo, en las antípodas de lo que debe ser el comportamiento de un servidor público, la ha puesto al pie de los caballos. El caos en las infraestructuras de Barcelona ha retratado de cuerpo entero a Magdalena Álvarez que ha alcanzado su perfecto nivel de incompetencia. Este martes, la ministra se defendió como pudo en el Congreso, batiéndose el cobre como los toritos bravos en el callejón. No sé si ustedes tienen las cosas tan claras como ella, pero lo cierto es que son así, qué se le va a hacer: la culpa de todo la tiene el PP. Da igual que hoy por hoy el Partido Popular no esté en el Gobierno, ése es un mero detalle sin importancia a la hora de formular la teoría general. No es que ella haya hecho las cosas mal, no, es que los de la derecha fueron tan malos que no ha podido hacer más. El resultado de tanta chapucería aznarí ha llenado ahora –después de casi cuatro años de Ejecutivo del PSOE- las pantallas de la televisión: En Cataluña la luz no se enciende, los trenes no funcionan, los aviones pasan de largo, las carreteras se colapsan, las inversiones no llegan y las obras públicas se hacen tarde, mal y nunca. Para morir de risa o de un ataque de vergüenza ajena.En el fondo, ella no es culpable, en todo caso, lo es en menor grado que el responsable de su nombramiento, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, capaz de alumbrar su Gobierno atendiendo no a razones de currículo, prestigio o cualificación profesional, sino a simples cuestiones de género. En cualquier caso, la cuenta atrás está en marcha. "Debe andarse con tiento, porque Magdalena se ha quedado sin crédito", me reconocen fuentes del PSOE. A Zapatero le toca decidir qué hacer la señora Álvarez.

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