jueves, agosto 23, 2007

El "autismo" de Maleni consigue crispar a los altos cargos de Fomento

GARGANTA PROFUNDA

El "autismo" de Maleni consigue crispar a los altos cargos de Fomento
Elsemanaldigital.com

En el Ministerio de Magdalena Álvarez andan cada vez más "moscas". Las maneras de la ministra dejan mucho que desear y sus colaboradores no soportan su chulería.

24 de agosto de 2007. Parece que Magdalena Álvarez mete la pata hasta el corvejón cada vez que hace una incursión en las resbaladizas arenas de la política. La tenacidad del PP para conseguir la dimisión de la ministra de Fomento no solamente no le molesta, sino que "es un aliento para seguir en política", se despachó este martes la doña en un acto en Málaga. El aserto resulta sorprendente, cuando menos, si tenemos en cuenta las escasas simpatías que ha despertado fuera y dentro de su departamento.Pues eso, parece que Magdalena Álvarez no se ha estrujado mucho la mollera a la hora de contentar a sus subordinados. Existe abierta hostilidad hacia la ministra para un buen numero de altos cargos, incapaces de comprender el modus operandi de la ministra. El malestar que reina en Fomento se debe, al parecer, en buena medida al "autismo" de la malagueña para trabajar en equipo, según aseguran distintos interlocutores de Garganta Profunda. Esas fuentes consideran que el empecinamiento del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en sostener a ´mi Maleni´ al frente del Ministerio fue, cuando menos, "desafortunado"."Las maneras de Magdalena Álvarez, tanto fuera como dentro del Departamento, no son las adecuadas", dicen taxativamente esas mismas fuentes consultadas. La actitud de la ministra, además de haber provocado a lo largo y ancho de la legislatura una fuga entre sus directos colaboradores, es objeto constante de críticas internas que se formulan abiertamente y sin ningún pudor. La capacidad de seducción de la achicharrada titular de Fomento, que es nula dada su imagen de conflictiva, ya solamente tiene embelesada al presidente del Gobierno.Con Magdalena Álvarez, Zapatero hizo bueno aquel refrán de que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Es una opción, seguramente mucho más sencilla que la de arriesgar tiempo y esfuerzos en la búsqueda de un mirlo blanco en una jaula de pájaros grises, pero seguramente también más arriesgada. Entre otras cosas porque Sevilla no es Madrid, aunque se le parezca, y porque la Junta de Andalucía tampoco es la Administración del Estado. Lo cual ha acabado teniendo algunos riesgos, como poco.

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