miércoles, agosto 01, 2007

Edurne Uriarte, España, negada

miercoles 1 de agosto de 2007
España, negada
POR EDURNE URIARTE
Quienes dicen que los símbolos carecen de importancia, o no comprenden el problema del País Vasco, o no les importa. O desprecian la relevancia democrática de los símbolos políticos. La bandera nacional que es allí objeto de ilegalidad, negación y persecución permanentes, no lo es porque sea un trozo de tela sin mayor trascendencia, como pretenden los que miran los símbolos con escéptica distancia. Lo es porque representa España y la españolidad del País Vasco. Desde el punto de vista legal y desde el punto de vista emocional. Y cuando los nacionalistas la retiran sistemáticamente de las instituciones que controlan, como está ocurriendo, no reprimen, persiguen y estigmatizan únicamente una bandera. Niegan lo que representa. A todos los vascos que se sienten españoles y, obviamente, al Estado y a sus leyes. Y esto, que es un escándalo democrático de enormes dimensiones, se produce diariamente desde siempre, desde el inicio de la democracia, sin que las instituciones de nuestro país y sin que nuestros líderes políticos hayan sido capaces de ponerle freno.
La sentencia del Supremo sirve para llamar la atención sobre el problema, pero no obrará milagros por sí misma porque el escándalo de la persecución de la bandera está firmemente establecido en la vida cotidiana del País Vasco. El escándalo es la normalidad. Hasta tal punto a estas alturas, que ni siquiera cabe ser optimista sobre las consecuencias de esta sentencia. Y no me refiero al cumplimiento estricto de la legalidad, sino a un simple aumento de ese cumplimiento. No hay que olvidar que ese incumplimiento se ha llevado a cabo a través de múltiples trampas de los nacionalistas para saltársela.
Y mediante otro mecanismo igual de importante. El del miedo de la mayoría de los vascos para denunciar esa ilegalidad. No sólo el miedo al terrorismo. También a la disidencia del nacionalismo dominante. La fácil y sistemática negación de la bandera estimula y acrecienta ese miedo. La ausencia de la enseña es la ausencia del Estado y de su protección. La negación de España es la negación de su derecho a hablar, a denunciar, a reivindicar.

No hay comentarios: