miércoles, agosto 01, 2007

Diego Merry del Val, ¿Contagios intencionados?

miercoles 1 de agosto de 2007
¿Contagios intencionados?
POR DIEGO MERRY DEL VAL
El New York Times sorprendió ayer con un artículo de opinión en el que se afirma que los casos de contagio deliberado de enfermedades a pacientes africanos por parte de médicos occidentales constituyen una estremecedora realidad. «Para los occidentales, la reciente repatriación de cuatro enfermeras y un médico búlgaros tras ocho años de detención en Libia,representa el final de una terrible odisea.
Sin embargo, la liberación de los búlgaros aparece como el último episodio de una larga pesadilla sanitaria en la que médicos occidentales y también africanos formados en Occidente han causado mal a la población local y han quedado impunes», afirma Harriet A. Washington, autora del libro «Apartheid Médico: la historia de la experimentación con negros americanos desde los tiempos coloniales hasta el presente». Según Washington, «ignorar de antemano las acusaciones de Libia supone perder una oportunidad de entender por qué en África se ha extendido una peligrosa sombra de sospecha sobre la medicina occidental. África ha acogido a un buen número de médicos desaprensivos que han inoculado agentes letales a personas bajo la tapadera de tratamientos o experimentaciones. La desconfianza generada ha tenido consecuencias directas: desde el año 2003, la polio va en progresión en Chad, Nigeria y Burkina Faso porque la gente cree que las vacunas contienen virus del SIDA o agentes esterilizantes», siendo muchas veces las condiciones higiénicas de los sanitarios las que han provocado estos resultados.
Para compensar, una buena noticia para los bebedores de café. No todo es malo en la denostada bebida, sino que en dosis moderadas ayudaría a combatir el cáncer de piel, según un estudio con ratones de laboratorio destacado por el Nuevo Herald. Finalmente, una dosis de polémica sobre valores éticos, salud e información a cargo del Guardian: el canal británico ITV se ha visto obligado a aclarar que las imágenes de la aparente muerte de un paciente de alzheimer en un reportaje dedicado a la enfermedad no recogen el instante del deceso, sino que éste se produjo dos días después. El final del documental, en el que la cámara muestra cómo el paciente Malcolm Pointon cierra lentamente los ojos, levantaron una oleada de protestas.

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