viernes, agosto 03, 2007

Construccion que engorda el paro

viernes 3 de agosto de 2007
Construcción que engorda el paro
EL mercado de trabajo empieza a dar síntomas de agotamiento. Tanto los datos de inscripción de parados en las oficinas de empleo como los de afiliación a la Seguridad Social indican que se está tocando techo. En las oficinas de empleo se ha registrado en julio un aumento de casi cinco mil personas, a lo que contribuyen especialmente los 12.000 nuevos parados del sector de la construcción. Una actividad que ha sido durante estos años el motor del crecimiento económico. El riesgo de derrumbe de ese mercado podría poner fin al período de crecimiento sostenido de los últimos trece años.
Pero son las afiliaciones a la Seguridad Social -uno de los registros más fiables e interesantes para valorar la coyuntura laboral- las que reflejan un posible cambio de signo en el empleo. Los datos de julio verifican una caída de afiliación en la construcción de 37.000 titulares, y aunque los datos medios del mes reflejan un crecimiento de más de 100.000 afiliados, hasta 19,5 millones, las cifras de fin de mes son negativas por primera vez en muchos meses. El último día de julio los empleadores dieron de baja a más de 170.000 afiliados, que es una cifra preocupante.
Previsiblemente, agosto será un mes con descenso en la afiliación, ya que las altas de la temporada turística no compensan las bajas en otros sectores de actividad, especialmente en la construcción, que a la caída estacional tendrá que añadir la provocada por el cambio de sesgo en el sector.
Habrá que esperar a septiembre para verificar si se produce una normalización en las actividades productivas o si, por el contrario, los empleadores han perdido confianza en el futuro y prefieren ser cautos a la hora de contratar. Los datos reflejados en la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre fueron favorables, muy positivos, pero eso ya es historia y lo importante ahora es el comportamiento del empleo en septiembre, concluidas las vacaciones estivales. El Gobierno estima que el segundo semestre del año cursará con un ritmo de actividad menor que el primero, y cifra el objetivo de crecimiento en el 3,8 por ciento, tras un primer semestre al 4 por ciento. Cómo se va a producir la desaceleración, si mediante un suave o un brusco aterrizaje, es difícil todavía de prever, porque dependerá del resultado de la suma de las decisiones de muchos agentes económicos, en especial de los empresarios. Las decisiones que muchos de ellos tomaron el 31 de julio son, cuando menos, alarmantes, pero hasta principios de octubre no podremos verificar si estamos en un cambio de tendencia y con qué intensidad se produce.
Lo cierto es que el idílico paisaje en materia económica vendido por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero presenta zonas sombrías, puntos negros que -dentro de un escenario positivo en líneas generales- pueden echar por tierra el desbordante optimismo del Ejecutivo en la recta final de la legislatura.

No hay comentarios: