viernes, agosto 03, 2007

Cesar Alonso, Cena de "populares"

viernes 3 de agosto de 2007
Cena de «populares»
POR CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
Sobremesa de «populares». Asunto: Navarra. Ironías para Zapatero. ¿Llegará a perjudicarle en las generales la ambición de Puras? Uno de los comensales cae en el mal gusto de apoyarse en el refranero popular: quien siembra vientos recoge tempestades. Otro recuerda en un ataque de lucidez que, al fin y al cabo, la política del PSN sigue el guión general de ZP. La mayoría coincide en que la sociedad española lo traga todo.
La conversación se centra en el PNV. Se habla con simpatía de Imaz, tan juicioso él. Todos parecen conmovidos por la marginación a la que están llevando al PNV los nacionalistas radicales y Zapatero (por fin, se le reconoce como protagonista del proceso). Alguien describe la situación penosa en la que quedará el PNV en el caso de que se llegue a formar en el País Vasco un gobierno tripartito semejante al catalán. ¿Qué será de este partido fuera del poder, esto es, sin la posibilidad de repartir prebendas? Ante tal consideración uno de los comensales recuerda que Imaz no es tan inocente, ya que ha participado de forma significativa en las negociaciones entre ETA y el PSOE. Otro añade que viene a repetir el papel que tuvo Artur Más al favorecer el parto del Estatuto catalán y todos parecen coincidir en el terrible destino que les espera a CiU y al PNV, engañados al fin por los nacionalistas radicales y los socialistas. Puntualizará uno que, en todo caso, la salida del poder les llega a los dos partidos después de haber gozado de él durante un cuarto de siglo y, además, pueden sentirse satisfechos políticamente por haber llevado a sus respectivos «pueblos» a las proximidades de la «liberación nacional» con la que siempre habían soñado...
¿Y nosotros? ¿Qué debe hacer el PP? El comensal, que acaba de hacer no sin cierta agresividad estas preguntas, había permanecido callado durante toda la cena. Podríamos pactar con CiU y el PNV responde el que parece líder. Pero, insiste el inquisidor, ¿qué les ofreceremos a cambio? ¿La aceptación del Estatuto y la propuesta de un referéndum vasco? Cerró la sobremesa el aludido: una cosa está clara: en política no está permitido renunciar al poder. Y todos se fueron levantando de la mesa.

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