jueves, agosto 23, 2007

Antonio Ramon

viernes 24 de agosto de 2007
Antonio Ramón
Me acabo de llevar el disgusto de llamar a Doñana, extrañada porque Antonio Ramón, Agente Forestal del parque, no respondía en su teléfono móvil.
Este trabajo de escribir lo que acontece en la Naturaleza, hecho al día como el pan, necesita que haya personas en el campo y en el mar para que nos cuenten lo que pasa en ese instante porque, la Naturaleza, al estar viva, no se puede enlatar, sino que precisa del relato y de la prensa de cada día.
Y Antonio Ramón, no sólo nos guió a mi marido y a mí por el parque, sino que le llamaba de vez en cuando y me contaba que había visto al amanecer venados en la playa.
Ahora me dicen que Antonio Ramón murió de pronto hace un año, pero para mí acaba de morirse porque acabo de enterarme. Hubiera querido preguntarle, con el frío y el viento que hace, qué aves han empezado a pasar, cuáles se están marchando, porque la vida cambia a cada rato y en uno de esos cambios nos ha dejado sin la voz y la alegría y el conocimiento de la Naturaleza de Antonio Ramón, Agente Forestal del Parque Nacional de Doñana

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