jueves, agosto 09, 2007

Albiac, Ezkerra, Sanz, cargos y asco

RUTA NORTE Pascual Tamburri

Albiac, Ezkerra, Sanz: cargos y asco

9 de agosto de 2007Ha querido el destino que hoy, diez de agosto, esté en curso el proceso de investidura de Miguel Sanz como presidente del Gobierno de Navarra, de nuestra vieja Diputación Foral. Hoy se cumplen veinticinco años exactos desde la firma por el Rey del Amejoramiento del Fuero, la Ley Orgánica 13/82 que entre nosotros hace las veces de un inexistente Estatuto de Autonomía. Para seguir con las coincidencias, esa Ley se publicó en el BOE el 16 de agosto de 1982, 141 años después de la Ley de modificación de fueros de 1841, que definió algunas peculiaridades navarras en la construcción del Estado nacional liberal. Este 16 de agosto de 2007, y no me digan si es casualidad, Miguel Sanz tomará posesión de su cargo por cuarta vez, si no hay más incidentes.Somos como somos, o al menos estamos muy acostumbrados a pensar que somos así, algo diferentes por una historia algo distinta. Lo bueno de los acontecimientos recientes es que las opiniones circulan libremente, y sobre estos mismos aniversarios se pueden encontrar ustedes opiniones tan divergentes como la de mi amigo Álvaro Baraibar –que hizo su tesis en la Universidad de Navarra sobre lo que rodeó el Amejoramiento del 82- y la de mi admirado Jaime Ignacio del Burgo, que años antes se había hecho doctor en el mismo centro investigando la Ley del 41, a la que dos generaciones de navarros llaman ya unánimemente, y gracias a él, "paccionada". Como yo fui medievalista y algo supe de fueros, de los de pata negra, me van a permitir que por caridad nos ahorremos un debate tan periodístico, que pueden ustedes leer en los amenos libros de ambos. Doctores tiene la Iglesia.Los navarros de a pie vivimos en el día a día realidades menos eruditas, y habernos convertido en centro del debate nacional nos ha regalado la atención de algunas de nuestras mejores plumas actuales. El pasado lunes 6 Gabriel Albiac mostraba su asco por el papelón que les ha tocado en suerte a Fernando Puras y a Miguel Sanz, en medio de tanto fuero y tanta historia pero obligados a representar una función, cuando menos, desagradable. Ambos han pasado un año de campaña identificando Navarra con el interés general de España, para terminar –vistos desde fuera- pugnando por un puesto. Ayer jueves, en La Razón, Iñaki Ezkerra doblaba la dosis de amargura al comprobar que "aquí lo único que se está viendo es la avidez indisimulada y la urgencia hortera por pillar sillón". Es duro, es injusto, es cruel (y los adjetivos, sangrantes, son los adecuados), pero millones de españoles, aliviados de un peligro del que se les advirtió y que en efecto vieron, se exponen ahora a la decepción de ver cómo "donde esté un carguito que se quiten los fueros y las patrias" .Puras ya está fuera de juego, y es la hora de Sanz. A él le toca desmentir la impresión pésima de Albiac, de Ezkerra y de muchos más. Nada de "perfil bajo, silencios y cautelitas en contraste con su discurso apocalíptico". Siglos de navarridad –tomo prestada la palabra al gran Javier Nagore en estos días de aniversarios- implican una exigencia de gallardía, de patriotismo y de valor; eso, frente a la tentación del asco, es más importante que cualquier reparto de sillones. Ahora, o después todo será mucho más difícil.

No hay comentarios: