lunes, agosto 20, 2007

Alberto Miguez, Chavez para siempre

lunes 20 de agosto de 2007
Chávez para siempre Alberto Míguez

Por si alguien tenía la más mínima duda sobre el rumbo y objetivos del régimen venezolano y los proyectos a largo plazo de su caudillo, puede leer —está en Internet— el largo discurso del espadón criollo ante un Parlamento unánime y entusiasta.
En el Parlamento venezolano no hay bancada opositora ni disidencia alguna porque nadie se presentó en su momento a las elecciones representando a los adversarios del dictador. Tal vez ahora alguien se habrá arrepentido de esta abstención aventurada.
Lo que vino a decir Chávez en cuatro horas de espeso discurso fue que se quedará en el poder el tiempo que quiera, les guste o no a los venezolanos y que no habrá límite para sus mandatos sucesivos. A quien le guste, bien y a quien no, que vaya al psiquiatra.
Chávez gobernará Venezuela for ever como anunció Somoza que haría en Nicaragua con resultados conocidos. También controlará toda la vida económica, comercial, financiera, fiscal y social del país. Expropiará a quien le de la gana y como le de la gana: el Estado se convertirá en el gran y único patrón del aparato productivo como lo es en Cuba o en Corea del Norte, dos modelos que vuelven loco al comandante.
Le faltan al gorila rojo dos tres detalles para reconvertir a su país en una república bananera y socialista, según la más estricta ortodoxia marxista-leninista: imponer el partido único, prohibir todos los partidos opositores, grupos sociales disidentes, medios de comunicación críticos, universidades independientes, espectáculos, radios, televisiones, diarios y hasta hojas parroquiales que no ensalcen a diario al gran líder.
Asombra la alegría con que algunos empresarios, grandes o pequeños, españoles o indígenas, aplauden este tipo de barbaridades como si mostrándose dóciles fuesen a salvar la cabeza. Lo mismo sucedió en Cuba durante los primeros años sesenta: hoy casi todos ellos están en Miami, en la cárcel o fusilados.
A los venezolanos la nueva locura del gorila les coloca en una situación cruda y difícil de resolver. Pensar que, como en el pasado, a Chávez se le vence con votos es el sueño de una noche de verano entre otras razones porque votar será dentro de unos meses en Venezuela un ejercicio tan raro como inútil.
¿Qué hacer? Si el pueblo venezolano quiere salir de este laberinto sangriento al que le lleva el gorila psicópata, deberá cambiar de métodos para acabar con la oligarquía castrense-castrista que Chávez quiere eternizar. No será fácil. Mejor dicho, en las actuales circunstancias será endiabladamente complicado pero no hay opción: o Chávez para siempre o Chávez para nunca.

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