jueves, junio 28, 2007

Ruiz Soroa, Minima moralia

Minima moralia
29.06.2007 -
J. M. RUIZ SOROA

La nuestra es una sociedad postheroica, como todas las europeas. Los valores implícitos en la inmolación del guerrero en defensa de los demás quedan bien en el cine de las Termópilas, pero han perdido toda vigencia social. Su muerte sólo suscita ya compasión y extrañeza.La idea del asunto era antes que los soldados estaban ahí para morir, precisamente para eso. Como ahora quienes mueren mayoritariamente en las guerras son los civiles, cuando muere algún soldado se escucha un coro indignado: ¿Eso no vale¿En Europa sólo hay dos ejércitos dignos del nombre, el inglés y el francés. Los demás valen para desfilar y para ayudar en las desgracias. Convendría no olvidarlo antes de empezar a jugar a los soldaditos.Olvidable época de nuestra historia política la de la necrofagia, la del convencimiento de que la sangre derramada es la mejor argamasa para el éxito electoral.Al enviar soldados a Líbano hemos aumentado nuestra vulnerabilidad al terrorismo. Sagacidad: hemos mandado los blancos a casa de los terroristas. Ahora tendremos que enviar a la Guardia Civil para protegerles.La diferencia entre el albañil que cae del andamio y el soldado muerto en acción es que al segundo se le paga precisamente para arriesgar su vida. Si se escucha al coro, parece lo contrario.El Estado Mayor corre a informar de que ningún blindado en Líbano posee inhibidor de frecuencias. Nuestros aliados se sorprenden por la táctica empleada. Inolvidable Gila.Iremos comprobando que, más que soldados, hemos enviado a Líbano a unos rehenes. Y que nuestra política exterior vendrá marcada por la necesidad de protegerles. También sagaz. La nobleza de un propósito no lo convierte en inteligente.No existen inhibidores para conductores suicidas de coches bombas (véase Irak). La próxima vez va a ser difícil encontrar a quién culpar.Las suyas son sociedades heroicas: todavía entienden la inmolación y el sacrificio. No se han enterado de que Dios ha muerto. Eso es lo malo.

No hay comentarios: