jueves, junio 28, 2007

PSOE y oposicion salvaje

viernes 29 de junio de 2007
Psoe y oposición salvaje
Zapatero inventó la oposición salvaje y la aplicó con entusiasmo en temas como el Prestige, la guerra de Irak, la tragedia del Yak-42 o los atentados del 11-M. El linchamiento al que fueron sometidos el PP y su Gobierno durante aquellos episodios no tiene parangón en la historia de la democracia española (si exceptuamos, claro, la campaña sufrida por Fabio Capello en su segunda etapa en el Real Madrid). Ahora, instalado en el poder, el presidente exige airado un trato que él nunca dispensó a sus adversarios. Éstos sonríen y afilan sus navajas, porque algunos sentimientos humanos -como la necesidad de vengar las afrentas- son difíciles de controlar.
El Ejecutivo recurre a excusas pueriles para justificar meteduras de pata que en cualquier empresa implicarían el despido fulminante de su responsable. La Administración, sin embargo, se rige por otros parámetros, a veces desquiciantes. Porque lo de los inhibidores de los blindados del Líbano es para mandar al ministro Alonso a la oficina de empleo. El titular de la cartera de Defensa parecía formar parte, junto con Pedro Solbes, del restringido club de «Miembros del Gobierno que No Están a Por Uvas»; se trataba, sin embargo, de una percepción errónea. Hasta ahora, sencillamente, estaba callado. En cuanto ha abierto la boca, ha dejado al vicepresidente económico en la más absoluta soledad.
Solbes mantiene más o menos intacto su prestigio, aunque sea a costa de hacer -o decir- cosas que se alejan bastante de lo que se espera que sea el programa económico de un partido de izquierdas. Porque lo de bajar los impuestos no es nada progresista; muy al contrario, ha sido siempre una de las armas electorales preferidas de la derecha. Dinero y pragmatismo frente a redistribución de la riqueza. Es de esperar que en el nuevo recorte fiscal, el PSOE -si cuenta con la oportunidad de aplicarlo- no se olvide otra vez de las familias numerosas. Solbes tampoco ha abominado nunca del mercado inmobiliario, porque sabe que España se juega demasiado en este sector. Algo que muchos compañeros de partido olvidan con frecuencia.

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