miércoles, mayo 30, 2007

¿Debe gobernar la fuerza mas votada?

¿Debe gobernar la fuerza más votada?
Elsemanaldigital.com

30 de mayo de 2007. El Partido Popular lanzó ayer martes al PSOE una propuesta de gran calado político. Con el trasfondo de los resultados electorales del 27-M en los Ayuntamientos y Comunidades, el partido de Mariano Rajoy ha ofrecido al de José Luis Rodríguez Zapatero que se respete la voluntad de los ciudadanos y forme gobierno en cada caso quien encabece la lista más votada. Esta idea, que no es nueva en España, se suscita por la difícil situación de muchas instituciones y por un debate sobre la naturaleza de nuestra democracia. España tiene un sistema electoral proporcional, que difícilmente permite formar mayorías absolutas donde concurren más de dos partidos políticos. Esa decisión se tomó al redactar la Constitución y obedece a las circunstancias de la Transición, hace tres décadas. Salvo que un pacto entre caballeros haga que se respeten las mayorías relativas, los acuerdos entre partidos pueden hacer que el candidato más votado por los ciudadanos no gobierne, y que partidos menores tengan un poder decisivo. El PP quiere terminar con esa situación. Aunque el riesgo de inestabilidad y parálisis posterior de las instituciones es grande con tal fórmula.Desde 1979, la izquierda ha recurrido a pactos entre minorías para cerrar el paso a mayorías de centroderecha; se hizo desde 1979 en el mismo Ayuntamiento de Madrid, que Enrique Tierno Galván alcanzó con el apoyo del Partido Comunista de España y después de haber perdido las elecciones, y se ha hecho muchas otras veces. También el centroderecha lo ha hecho ocasionalmente, y no cabe duda de que se trata de una práctica legal, plenamente legitimada entre nosotros. El problema de legitimidad se suscita en un sentido más amplio que el de una coyuntura postelectoral. La democracia consiste en el gobierno de la mayoría y en el respeto de las minorías. Es indudable que si, de manera sistemática, las minorías niegan el poder a las mayorías los electores se sentirán defraudados por el sistema. Este modelo electoral obliga a buscar el apoyo de candidaturas a veces muy poco representativas, que terminan imponiendo sus representantes y sus programas con una fuerza democráticamente desproporcionada. Eso sólo puede corregirse, a corto plazo, por un acuerdo entre los dos grandes partidos para evitar situaciones paradójicas (que es lo que propone en PP ahora), y a largo plazo por una reforma legislativa (que sería el desarrollo lógico de esta propuesta). El PSOE parece hoy más dispuesto a buscar aliados menores allí donde los votos no le dieron una mayoría, y la propuesta del PP no parece que vaya a ser escuchada aunque en muchos Ayuntamientos de toda España es una práctica común. Las minorías localistas, regionalistas, nacionalistas o radicales encuentran así mejor acogida entre la izquierda que con el centroderecha, lo que terminará dando al PSOE más poder autonómico y municipal del derivado estrictamente de las urnas. Y el caso más singular es el de Navarra, donde el PSN-PSOE –siendo la tercera fuerza política- se debate y se divide en las dudas sobre unos pactos que en ese caso tendrán gran importancia nacional. El PP ha puesto sobre la mesa una gran pregunta pendiente en la democracia española.

No hay comentarios: