jueves, abril 26, 2007

Felix Arbolí, Monumentos y homenajes

jueves 26 de abril de 2007
Monumentos y homenajes
Félix Arbolí
I ZQUIERDA UNIDA, con ese extraño y polémico personaje Llamazares a la cabeza, (que aunque su nombre pueda engañarnos no llama a “zares” y reyes, sino todo lo contrario, desearía borrarlos para siempre del “santoral” comunista), “chiquito pero matón” y cuestionado por algunos de sus colegas, está erre que erre, sacando del baúl de los recuerdos los trapos viejos de la abuelita. No debe tener mucho trabajo en el quirófano, dicen que es cirujano, y “cuando el demonio no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas”, aunque él en lugar de matar moscas, reaviva y lanza pulgones que son más molestos y mortificantes. No contento con sus extrañas alianzas para subirse al carro de los atizadores de la discordia, se ha empeñado ahora en remover viejas heridas para que los actos del franquismo se consideren episodios dantescos y tenebrosos propios de Drácula (diablo), el famoso vampiro de Bram Stoker, que se inspiró en la vida del príncipe de Valaquia, llamado el “empalador”, aunque a su odiado personaje le llamaban el “Caudillo”. A su vez, pretende que los horrores frentepopulistas puedan parecer el cuento de “Blanca Nieves y los 7 enanitos”, (sin alusiones personales), donde todos fueron unos idealistas y filántropos que se movían y asesinaban, -homicidios involuntarios, por supuesto, con todos los requisitos legales y judiciales garantizados-, en fervorosa comunión con una noble causa. Que me perdone las alusiones a “comunión” y “noble” que, a lo peor, pueden ofenderle. Este es el propósito de nuestro gran político y a él se ha dedicado con el mismo tesón que si en ello le fuera la vida, espoleado por el odio que le consume hacia todo lo que no esté orlado con la “hoz y el martillo”, un símbolo que ha colmado tantas fosas y ha teñido de sangre tantos países, aunque no opinen igual sus miembros y simpatizantes. Comunismo, no lo olviden, es el paradigma de toda formación o idea política que debemos arraigar en nuestras mentes y sentir en nuestros corazones, para tener contento y feliz al camarada Llamazares y los acólitos que le acompañan pertenecientes a la farándula, el arte y las letras. No hay que olvidar que a lo largo y ancho de este mundo, tenemos ejemplos de grandes hombres que han beneficiado a la Humanidad con sus mensajes de amor y sus actitudes generosas, entre los que no debemos olvidar a los ilustres camaradas Lenin, Trosky, Stalin, Pol Pot con sus tristemente célebres “jemeres” rojos, y tantos otros que están en la memoria de todos, a los que la Historia considera criminales y genocidas, aunque para nuestros hermanos comunistas merezcan estar en los altares de sus laicas devociones. Pero debemos arrasar estatuas, obras, nombres de calles y todo lo que pueda recordarles al que les quitó el poder cuando ellos se desmandaron. No, no me siento deudor del franquismo, aunque reconozco donde está la razón y donde anida el rencor. Tampoco soy “anti”, ya que nada tengo contra esa etapa. Aclaro, asimismo, que no soy monárquico, pero me siento más cercano a la Corona de Juan Carlos, que a la República bananera y revanchista que desean imponernos. Estimo que son las circunstancias las que nos hacen tomar decisiones y cambiar de colores, cuando no se tienen las ideas muy fijas. La mente debe ser un órgano pensante y variable de acuerdo con lo realidad que se está viviendo y no un robot incrustado en una cabeza cuadriculada. Todo lo relativo a la época franquista merece por lo visto el desprecio general, a juzgar por ese afán incontenible en borrarla de nuestra Historia, como si ello fuera posible. El odio revisionista tiene como uno de sus prioridades al Valle de los Caídos, donde yacen enterradas víctimas de ambos bandos, como símbolo de la paz y la concordia que debe reinar entre todos los españoles, aunque también se hallen los restos de su aborrecido “dictador”, que ya es un indefenso cadáver al que no deben temer porque solo el “Cid” ganaba batallas después de muerto. Pretenden que deje de ser Basílica y centro religioso, obedeciendo ese odio a todo lo sagrado tan de actualidad, y convertirla en sede de una de esas organizaciones que sólo pretenden hacernos la puñeta. Todos los partidos, excepto el PP, (mi voto ha sido en blanco, lo digo para evitar posibles suspicacias), apoyan al unísono esas absurdas y enconadas decisiones, unos por revancha y rencor, otros persiguiendo más altas cuotas de poder en sus comunidades y algunos más que pretenden posibles ventajas del partido gobernante y su inseparable IU, votando favorablemente sus propuestas, aunque no las sientan internamente. El egoísmo y la cobardía suelen ir juntos muy a menudo. . Por lo visto era una época nefasta y ruinosa para España, donde se quemaron iglesias y conventos y las que se libraron de las llamas, se convirtieron en cuarteles, polvorines y lo que aún es peor, en las tristemente famosas checas; se fusilaron a inocentes contra tapias, bajo árboles y en cementerios, sin más juicio y legalidad que el morboso capricho de esos milicianos que con sus mosquetones al hombro se creían los reyes de la creación y los dueños de vidas y haciendas. ¿No se piden revisiones para estos crímenes “judiciales”?. Una dura etapa donde España perdió su dignidad y el español se sentía acosado desde todos los ángulos por complejas divisiones políticas, sindicalistas y sociales, sin saber en ningún momento con quién se jugaba los cuartos y qué palabras decir para librarse del paredón. Pero, ¿qué estoy escribiendo? !Me refiero al franquismo y hablo de la España de principios de los años treinta!. Perdón. ¡Qué despiste el mío!. Claro, como oigo tantas voces y ditirambos sobre esa época dorada, de plena democracia y libertad, me había contagiado. ¿Serían entonces ellos los que implantaron la Seguridad Social, construyeron los “ridículos é inútiles” pantanos, dilapidaron el presupuesto edificando grandes hospitales- residencias con todo tipo de modernas técnicas, estimularon la fecundidad matrimonial con premios, descuentos y los famosos puntos o cargas familiares, liberándonos de una masiva e inoportuna inmigración, reglamentaron los planes de enseñanzas para que la juventud estuviera conveniente preparada en el futuro, fomentaron la unidad de la Patria y el respeto a su Bandera, la PAZ entre todos los españoles y tantas “calamidades” más?. ¡Resulta que estas disparatadas mejoras tuvieron lugar durante el gobierno republicano del Frente Popular y yo sin enterarme, totalmente en Babia! ¡Qué desvergüenza la de Franco haciéndonos creer que era el autor de esas enormes ventajas económicas y sociales!. ¡Qué ruina su gobierno!. Claro que tales “barbaridades” pudieron realizarse porque no teníamos políticos tan finos y eficaces como nuestro experto cirujano, el leonés nacido en Valladolid que tanto está sufriendo por ese abuelo fusilado al que no conoció o el hijo del guardia civil nacido en una casa cuartel de la provincia turolense, dentro de los límites de esa España a la que tanto odia. ¡Todos a callar y obedecer!. No se alarmen, no se trata de un nuevo Tejero, o intento de golpe de Estado, sino de la realidad que estamos viviendo y soportando, que dicen que no es una dictadura, pero guarda con ella amplias semejanzas. Esta es la del proletariado encorbatado y acomodado, del “Rollex” y el “Armani”. Los monos y el pañuelo rojo del cuello, han quedado en el baúl. ¡Ay pillines, pillines…!. La “memoria histórica” ese nefasto e improcedente invento del señor Zapatero y sus incondicionales acólitos, con toda su carga de rencores, revanchas, venganzas y divisiones entre españoles que arrastra, cuando habíamos superado los peligros que se pronosticaban ante el cambio de un régimen personalista, por uno de plena democracia, está haciéndonos regresar a las barricadas del enfrentamiento entre las dos Españas, que creíamos ya superado y a la pugna y rencor entre compañeros de trabajo, amigos, familiares e incluso padres e hijos. A nuestro singular y patético personaje del inicio, cuya misión era y es salvar vidas y curar los males, no le parecen suficientes las locas, absurdas y peligrosas propuestas y aventuras que conllevan esa apertura de archivos y recuerdos por parte de un solo bando, sino que quiere borrar de un plumazo, como si fuera Cronos, el mítico dios del tiempo, toda una etapa de nuestra Historia porque no se ajusta a sus ideas y sentimientos. ¿Cuántos querrían hacer lo mismo con esa dura odisea de los años anteriores a la guerra en los que había que mirar, toser y hasta respirar con el rostro vuelto a la izquierda, porque lo contrario suponía la muerte ante el paredón o bajo el árbol de cualquier camino?. ¡Ya me gustaría retroceder a mis felices y enamoradizos veinte años!. ¿De verdad creen que este empeño es propio del gobierno de un país en el que un cincuenta por ciento mínimo de ciudadanos pertenecen a la otra orilla del río donde navegamos todos?. Ninguna nación civilizada, perteneciente a la antigua Europa intenta regresar “oficialmente”, auspiciado por el propio gobierno, a sus épocas más difíciles y conflictivas sobre las que se debería correr un tupido velo. Se han excavado tumbas, interrumpiendo el descanso eterno de los que en ellas se encontraban, se han desempolvado legajos y archivos que estaban ya en el baúl de los recuerdos propicios al olvido y se han contado y tergiversado historias en la prensa, la literatura, el cine y la televisión que quieren hacernos creer que los años que antecedieron a la contienda fratricida, cuando dominaban los del puño cerrado más que por saludo por rabia contenida, España era un espejo donde podían mirarse los pueblos amantes de la paz, de la libertad y la dignidad, pero que no se reflejaran en él los abusos, asesinatos y profanaciones de todas clases. Ni se vieran campos de fútbol y plazas de toros convertidos en hacinadas prisiones de donde salían los infelices para enfrentarse a una muerte alevosa en cualquier muro, pared, cementerio o campo donde la noche y su oscuridad fueran aliadas de su felonía. ¿Esa memoria no se aviva mis dignísimas autoridades?. Su culpa confesarse creyente y a veces simplemente llevar traje y corbata o no saludar cerrando el puño cuando pasaba algún coche o camión cargado de “celosos y ejemplares patriotas”. También los hubo por chivateos de porteros, compañeros y deudores, con el único objetivo de librarse de una persona molesta, antipática o con el afán de tener que pagar su deuda. Al abuelo de mi mujer y al hermano mayor de su madre residentes en el “glorioso Madrid republicano” por el simple detalle de ir a dar el pésame por la muerte de Calvo Sotelo y dejar la tarjeta de visita en la bandeja de entrada a la casa del político asesinado. Un motivo suficiente para que lo detuvieran en su casa esa misma noche y se los llevaran a una “confortable” checa, creo que se llamaba de San Antón, por estar en un convento o iglesia del mismo nombre (lo más adecuado) y ya no volvieron a tener noticias de ellos hasta que pudieron averiguar, sin muchos detalles, que habían sido fusilados y enterrados, Dios sabe donde. Esa tumba, donde no sólo estarán ellos, no merece la pena ser buscada. Conste que tampoco lo pretendemos sus familiares, es mejor dejarlos descansar en paz. Aún no estábamos en guerra para poder justificar estas atrocidades de un gobierno “democrático”. ¿Esto no debe figurar en la “memoria histórica” del señor Presidente del gobierno de todos los españoles?. ¿Para estos fusilados no hay un breve recuadro en esa obra de retroceso a pretéritos tiempos?. Dirán que a mi suegra le ayudó el Régimen que salió victorioso y sacudió el yugo de los resentidos, pero no fue así. Nadie se preocupó por las necesidades de esa familia tan dura e indebidamente castigada y tuvieron que hacer auténticos malabarismos para solucionar el día a día, tras las ausencias de los que llevaban el peso de la economía familiar. No me extraña que la pobre, recientemente fallecida, cuando veía a socialistas y comunistas y oía sus himnos, se pusiera nerviosa y enfurecida al no poder perdonarles el daño tan tremendo que causaron a toda su familia. Ella sí que tuvo memoria histórica hasta el final de sus días a los 89 años. De nada me valían mis intentos por hacerle comprender que éstos no tenían nada que ver con aquellos, que los de ahora buscaban la paz, la concordia y el olvido a los desmanes del pasado. Ella decía que después de haberlos soportado esos años y sufrir sus improperios y abusos, (su domicilio estaba justo enfrente del convento de los salesianos de Atocha donde tenía su sede y cuartel general La Pasionaria), no podía creer que los actuales fueran diferentes. “Así empezaron los de antes y ya veremos como terminan los de ahora”, me decía con esa sabiduría y perspicacia de la edad y la experiencia y hoy, desgraciadamente, veo que tenía toda la razón. A Franco no le debía nada, pero no había quien le quitara de la cabeza que con su entrada en el Madrid del “no pasarán” y ya lo creo que pasaron, se abrieron checas e iglesias y se pudo pasear por las calles y plazas sin la amenaza continua de pistoleros motorizados y las “recatadas” mujeres que los acompañaban, ellos empezaron a vivir con dignidad y libertad. Cada vez que lo veía en televisión los ojos le hacían chiribitas y evidenciaba su admiración hacia ese ser que para ella era como un moderno Moisés, ya que los liberó de las faraónicas calamidades y peligrosos abusos de unos desalmados y les salvó de las turbulentas aguas del crimen desorganizado. ¿Qué dicen Llamazares, Zapatero y sus acólitos del mundo de la farándula y las letras, (no todos los de estos gremios, por supuesto), sobre esos retazos tan extensos e importantes de la verdadera “memoria histórica”?. ¿ Estos muertos no tiene ningún derecho, ni merecen una pizca de consideración y respeto?. Hablan de anular los juicios del franquismo y rehabilitar a los condenados en los mismos. ¿A todos?. No digo que haya casos y abusos que así lo requieran y merezcan. Bárbaros hubo en ambas partes y nadie de los que intervinieron en esa absurda y cruenta guerra puede considerarse libre de pecados, pero pregunto:¿Es que acaso esos asesinos que fueron por el abuelo y tío de mi mujer, al igual que por otros muchos en idénticas condiciones y similares motivos, tienen derecho a que se les anule el juicio por su asesinato con premeditación y alevosía y encima se les rehabilite?. ¿Qué quieren ponerlos en un altar y rotular las calles con sus nombres para escarnio de muchos y sonrojos de otros, como piden algunos desmemoriados que presumen de memoria?. ¡Ya está bien de recalentar los motores del odio y acelerar los impulsos de la venganza ruin y torcitera!. ¿Hasta dónde quieren llegar con esta atropellada manera de desmembrar un país en ridículos Taifas, enfrentar a los españoles que habían dado un formidable ejemplo de tolerancia, respeto y olvido de pasadas ofensas y encrespar y envenenar a una maravillosa e incauta juventud que, sin haber experimentado los horrores de una guerra y las diferencias de colores políticos, se han visto involucrados obsesivamente en un temario y unas ideas que les deberían ser ajenos y huir de ellos como de la peste. Porque se pueden sentir inclinaciones y hacer apologías de una tendencia determinada, pero con la mesura y el respeto debido a los que no opinen de igual forma, sin teñir de sangre nuestros propósitos y de negro a nuestras conciencias. Muchos de los que ahora protestan y se han cambiado al rojo con la misma facilidad que en el anuncio se cambia de detergente, no han sufrido las mortíferas consecuencias que achacan al régimen que combaten y los hay en cantidad que han chupado de la teta franquista. La televisión nos presenta series, películas y documentales que tienen como fachada y época el antes durante y después de nuestra guerra, pero con la extraña salvedad de que son los del bando de los llamados rojos, los que aparecen como verdaderos mensajeros de la paz y la caridad y con sobrados testimonios de nobleza de sentimientos, pureza de miras y excelente comportamiento. Los auténticos y excelentes protagonistas de la obra en cuestión. El resto, incluidos curas y policías, pura bazofia. Indeseables elementos que gozan con extremar al máximo la crueldad. No hay ninguno que se salve de este pozo oscuro y nauseabundo donde lo tienen encasillado. Hubo muchos en estos colectivos que no hicieron honor a sus hábitos y uniformes, hay que reconocerlo, pero no para generalizarlo tan radicalmente. Y un día tras otro el escorpión de la maledicencia y la calumnia, va inoculando su veneno y socavando el ánimo del televidente haciéndole captar una idea totalmente errónea a lo que fue la realidad. Los que no sienten emoción ante la hoz y el martillo, ni tienen a Engels o a Marx como inspiradores de sus ideales, deben sentirse como innombrables y apestados, porque no se vendieron a Rusia, ni se echaron al monte para descargar su ira y su impotencia en el frente contra todos los que no comulgaran con sus ideas. Hablan actualmente de los “maquis” y los alaban en libros, películas y documentales como si fueran auténticos héroes y redentores de la Patria. No quiero decir, que no existieran los que se enrolaron en esa arriesgada y dura aventura por defender un ideal y concepto de patria en los que creían sinceramente, entregándose a esa misión dispuestos a sacrificar vida, familia y comodidades en el empeño. Que no sea proclive a sus ideales, no quiere decir que no sepa reconocer su generosidad y abnegación. Lo cortés no quita lo valiente. Pero no todos fueron motivados por esas conmovedoras consignas. Muchos se lanzaron a esa vida a la intemperie, con la metralleta a punto y el equipo dispuesto para la huida, por ser individuos marginados socialmente, con el rencor enquistado en sus sentimientos y la ebriedad de sangre dominando sus impulsos. Eran los que asaltaban cortijos y ametrallaban a sus moradores, los que bajaban a los pueblos y robaban y maltrataban a los vecinos por no ser afines a su política o no brindarles todo cuanto les pedían y a lo mejor no podían o aquellos que les motivaba esa venganza personal pendiente que no pudieron dirimir en las trincheras. A éstos no se les pueden considerar héroes, ni idealistas, ni merecen llamarse, como quieren hacernos creer, “luchadores por la libertad”. Eran vulgares asesinos que saciaban su sed de cadáveres bajo el pretexto de servir a una causa a todas luces perdida. ¡Ya estamos hartos de que nos consideren enanos mentales!.

No hay comentarios: