domingo, diciembre 31, 2006

Felix Arbolí, Sadama Husein, los juicios torcidos y la ETA

domingo 31 de diciembre de 2006
SADAM HUSEIN, LOS JUICIOS TORCIDOS Y LA ETA
Félix Arbolí

E STE será mi último artículo del año 2006. No digo publicado porque espero continuar el contacto con ustedes en el Nuevo Año que ahora comienza. El tiempo es como una gigantesca noria de feria donde nos subimos esperando gozar unos momentos de ilusiones y juegos, de dichas y alegrías, de elevaciones y descensos, aunque a veces la realidad de nuestra aventura nos conduzca a un laberinto de sustos y sobresaltos imprevistos y de sensaciones que no nos resultan excesivamente agradables. Sobre todo a mi que no soy partidario de giros, subidas y caídas en picado. Con el calendario ocurre igual, los años se suceden ininterrumpidamente, para los que tenemos la suerte de poder vivirlos y contarlos, sin saber adonde nos llevará la aventura que comienza cada primero de enero y finaliza por San Silvestre. Todos son pronósticos y deseos de una etapa mejor que la pasada, con algo nuevo pero enormemente positivo, que nos haga un discurrir del día a día en mejores condiciones. Algo impensable, teniendo en cuenta como nuestros políticos y los del mundo “mundial” (como ahora acostumbran a decir, no sé por qué), tienen programadas sus actuaciones gubernativas y ejecutivas. La primera noticia que me ha sorprendido es la muerte en la horca de Sadam Husein, el anterior gobernante de Irak. Yo, paso de los términos de sátrapa, despótico dictador y mal gobernante, como solían clasificarlo muchos de los que tenían más que sobrados motivos de haber mantenido la boca cerrada y el insulto oculto en sus molleras (no las puedo llamar cabezas). Para mi estos Tribunales de Justicia me inspiran poca fe. Siempre están manejados por el mismo país que a lo largo de su corta historia intenta poner orden en la casa del vecino, donde nadie requiere su ayuda e intervención y no consiente que nadie se meta en sus propios asuntos y cuestiones. Son intocables. América, para los americanos y se quedaron tan lindamente con Cuba, Puerto Rico y como propina las Filipinas. No les asistía la razón, ni nadie les había invitado a sentarse en esa mesa, pero ellos imponían la “ley” de su fuerza enormemente superior, entonces, luego y ahora. Eso sí, que el país en cuestión tenga diamantes, petróleo o alguna de esas “bagatelas” que amorticen los gastos bélicos, incluidos los muertos de su machacada juventud, que para ellos parecen ser simples daños colaterales. Que Sadam era un tirano, ni lo sé, ni me importa. No quiero decir con ello que me sienta insensible ante el sufrimiento de un pueblo a causa de su mal gobierno. Pero la realidad es que el país que estos “masca chicles” han dejado tras la caída de Sadam es infinitamente peor, más sangriento, devastador y enfrentado que cuando estaba el llamado “sátrapa”. No ha sido ni siquiera desnudar a un santo para vestir a otro, sino dejar al santo y a toda su parentela en pelota picada y encima matándose mutuamente. ¿Así arreglan el mundo y sus problemas estos vigilantes del Planeta?. Me parece más intolerable aún y nada generosos, si se puede emplear este término para hablar de una ejecución, que no accedieran a su petición de que como soldado, merecía morir fusilado y no en la horca como un vulgar cuatrero. ¡Hasta este extremo llega la vesania de ese noble y justo Tribunal!. Esta muerte, esta condena a todas luces impopular, porque la vida es un don sagrado que nadie debe interrumpir a un semejante, ya que hay otros métodos más civilizados y coercitivos, como la cadena perpetua, ocasionará una tremenda conmoción en el ya de por sí revuelto mundo islámico, de imprevisibles consecuencias. Y serán inocentes y de otros países o del mismo del ejecutado, los que sufrirán la ira y el fanatismo de esta bomba explosiva con inequívocos caracteres árabes. Porque ellos continuarán aislados en su maravillosa torre de marfil, donde es muy difícil acercarse y escalar sus numerosos obstáculos. Sólo han sufrido un atentado, imperdonable e inolvidable, donde murieron los que no tenían la menor culpa, mientras el mundo en sus cinco continentes experimenta de continuo, de forma alarmante, los más atroces y continuos atentados, sangrientas revueltas y hombrunas espantosas, día a día, año tras año. Nada de lo que ocurre en el África subsahariana y otros rincones en los que la Naturaleza no les ha sido pródiga, les merece la menor atención. Allí no hay petróleo, solo hambre, desolación y virus desconocidos y mortales Para ellos sólo son sátrapas y reos de muerte, los que se enfrentan a su omnímodo poder. En Alemania juzgaron en Nuremberg, junto a Rusia, Francia e Inglaterra, su antigua madre patria y actual apéndice y condenaron a morir en la horca, incluso a los que se habían adelantado y hallaron la muerte antes, a los jerarcas del país vencido, acusándolos de atrocidades, no muy diferentes, por supuesto, a las que sus propios gobiernos habían cometido también. Aparte de la salvajada del holocausto judío, en el que no habían intervenido todos los juzgados. El presidente que ordenó lanzar dos bombas atómicas con efectos de auténtica y apocalíptica masacre sobre dos ciudades habitadas por civiles, ocasionando cerca del medio millón de víctimas civiles en fracciones de segundo y un número muy superior posteriormente de afectados graves e incurables, debido a las horribles secuelas producidas, aún vigentes, ese no era un criminal de guerra, sino un salvador del mundo, aunque tenía mucho más delito y razones para ser juzgado internacionalmente, condenado y ahorcado que todos los jerarcas alemanes y el actual Sadam. También el “padrecito Stalin”, con sus horrendos, numerosos y continuos crímenes contra su propio pueblo y contra la desarmada e indefensa población civil, mujeres y niños en su mayoría, en su entrada a Berlín, sin olvidar sus famosas ejecuciones de oficiales polacos (unos veintidós mil), en la llamada “masacre de Katyn´”, era otro héroe de la Humanidad y no un asesino con premeditación, sadismo y alevosía, digno asimismo de una soga al cuello. Los judíos, antes víctimas, luego verdugos de su vecinos y ahora controladores de todos los conflictos de la zona, bajo la protección siempre incondicional del Tío Sam, con casas y familias derruidas y muertas bajo su potente artillería, por la sospecha de que tras sus muros se halle un terrorista, tampoco son reos de juicio y condena. Según esa teoría, pocas casas iban a quedar libre de misiles y bombas a lo largo y ancho del mundo donde los seguidores de Mahoma se están estableciendo y cuyas intenciones desconocemos. Un mundo, el árabe, que tiene también muchos dictadores y verdugos entre sus reyes y caudillos que utilizan el Coram para su personal protección y justificación de su despótico poder. ¿Hay que ahorcarlos también a todos?. No, que muchos son amigos del todopoderoso Sam (no quiero anteponer parentesco alguno con este señor) y por lo tanto gozan patente de corso para continuar utilizando a sus pueblos como si de una silla o cualquier otro elemento de su casa se tratara. No quiero hacer un panegírico de este pobre ser que ya no es. Ni lo conocí, ni me afectaron sus posibles crueldades, aunque me duela el sufrimiento del prójimo, ni me importan sus delirios de grandeza, sus errores como estadista o sus quebrantamientos de la religión con cuyo libro sagrado entró en la otra vida. Que Dios, Alá o el Ser que preside todos nuestros actos y los juzga, sea piadoso con él y le de el descanso eterno que se merecen todos los que abandonan este revolucionado mundo. No es hora de juzgarlo, sino de compadecerlo. La Historia, a su tiempo, le pondrá en el lugar preciso y justo. Pero sigo obstinado en que mientras a Truman y sus bombas no le haga la Historia el juicio que se merece, con veredicto post mortem incluido, no estimaré justo y apropiado que ese país que ocasionó tal hecatombe, la más feroz de nuestra Historia, si no damos por válido el diluvio universal, se erija en juez, árbitro, verdugo y ejecutor de otros gobernantes que, comparados con su “hazaña”, son hermanitas de la caridad. Antes de juzgar, júzgate a ti mismo y luego reacciona como tu conciencia te de a entender. Se que para los kurdos y chiies es una ocasión de alegría y juerga desmedida, porque han eliminado a su opresor y mayor enemigo, pero no creo que la situación actual que atraviesan, los atentados que sufren, las bombas que les estallan hasta en el interior de sus mezquitas y el estado de continuo peligro en que vive toda la población iraquí actual, sea la panacea que ellos necesitaban y deseaban. A veces, viendo estas situaciones se da uno cuenta que es peor en muchos casos el remedio que la misma enfermedad. Al menos, antes morían y había injusticias, pero las calles estaban tranquilas y las casas seguras y habitadas por familias que no vivían con el sobresalto y el miedo perenne al que se enfrentan desde que quitaron de la circulación al dictador. ¿A quién le toca ahora el “sambenito”?. ¿Dónde van a seguir gastando sus excesos de armamentos los señores de la guerra y su justicia?. ¿A que nuevo “peligro” se enfrentarán?. Como éramos pocos, parió hasta la burra. (Sin alusiones). Ya encontraran nuevos conejillos de indias donde experimentar sus inventos bélicos, sin que peligre un solo acre de su desmesurado territorio. En el terreno nacional, ETA vuelve a por sus sustos y juegos malabares, a pesar de tantas reuniones, concesiones y claudicaciones. Era de esperar. Encima tiene la mala idea de hacer explosionar el artefacto o explosivo media hora antes de la anunciada, para que el lugar estuviera lleno de policías, bomberos, sanitarios y curiosos. ¡Hay que tener mala ralea para provocar un acto así, en una fecha en la que todos andamos embarcados imaginativamente en esa nave que nos haga arribar a un mundo mejor y un futuro más prometedor tras estas fechas que ellos pretendían marcar de rojo en el calendario de sus nefastas actividades!. ¡Menos mal que éste sólo ha quedado en un “ accidente”, que no se puede calificar de mortal! ¿Hasta cuándo este rosario de sufrimientos, orfandades, viudas y pérdidas de vidas humanas, ajenas totalmente al trapicheo y los tejemanejes de la política y sus hacedores?. ¿Por qué quieren hacernos culpables, si nosotros solo aspiramos a vivir en paz, a que nos dejen tranquilos para poder mantener el equilibrio mensual de nuestros salarios y a confiar en San Judas Tadeo, Santa Gema o cualquier otro asunto que resuelva dificultades, para ver si alguna vez llega el ansiado milagro de ver nuestros problemas resueltos? Pero los que verdaderamente nos interesan, aquellos que nos causan noches de insomnios y consumo de aspirinas. Los que nuestros gobernantes y su dormida y despistada oposición no son capaces o no quieren resolver, porque en ellos no ven intereses personales. Empecemos el nuevo año sin muertos, ni adversidades, que es como ha terminado el cabalístico 2006 y pongamos todo nuestro esfuerzo y voluntad en lograr esa patria solidaria, donde todos nos sintamos a gusto.

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