martes, septiembre 26, 2006

Los politicos, mejor lejos del camop

26-IX-2006
Los políticos, mejor lejos del campo
EDITORIAL

Los mayores perceptores de la PAC son grandes latifundistas como la Reina de Inglaterra, el Príncipe de Mónaco o la Duquesa de Alba, que se forran aún más gracias al dinero de los impuestos que pagamos los europeos de clase media.

Los políticos europeos de Agricultura discuten en Finlandia el futuro de millones de trabajadores europeos del campo. En la agenda está reformar la Política Agraria Común, un gigante burocrático y derrochador que se come cerca de la mitad del presupuesto de la Unión Europea. Mientras el resto del gasto comunitario se mantuvo estable en 2005, la PAC volvió a crecer un 11,2% con respecto al año anterior. Y más que lo hará este año, con el único resultado de hacernos pagar más a los europeos por partida doble, por la subvención salida de nuestros impuestos y por los altos precios de una agricultura protegida de la competencia extranjera por medio de aranceles. Así, mientras impedimos a los países pobres prosperar exportándonos sus productos, protestamos porque nos exportan sus trabajadores.
Entre las propuestas que se escuchan en encuentra, por ejemplo, la de arrancar 400.000 hectáreas de viñedos. Y es que, aparte de Cuba y Corea del Norte, la PAC es la única economía planificada centralmente del mundo. A muchos podrá escandalizar que la Unión Europea tenga ese poder, pero es un poder que le hemos concedido los europeos; los agricultores soportan y hasta defienden ese recorte de libertades a cambio de unas migajas. Y es que los mayores perceptores de la PAC son grandes latifundistas como la Reina de Inglaterra, el Príncipe de Mónaco o la Duquesa de Alba, que se forran aún más gracias al dinero de los impuestos que pagamos los europeos de clase media.
Hay quien cree que semejante dispendio es necesario para mantener el medio rural y evitar la despoblación. Sin embargo, casos como el de Nueva Zelanda lo desmienten. Desde que en 1984 eliminara los subsidios, su producción agrícola ha aumentando un 40%, creciendo la productividad un 6% anual, frente al 1% que crecía antes de esa fecha. La razón es que los empresarios del campo tuvieron que adaptarse a las necesidades de los consumidores, reduciendo costes y aumentando el rendimiento, como hacen las empresas de todos los demás sectores. La planificación central de nuestro agro impide que éste desarrolle todo su potencial. Como siempre ha sucedido y siempre sucederá cuando los burócratas se apropian del control.

Gentileza de LD

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