jueves, septiembre 21, 2006

Contra el Dios de la sangre

viernes 22 de septiembre de 2006
Contra el Dios de la sangre
Juan Pablo Mañueco
A LGUIEN ha dicho en una Universidad alemana que no puede imponerse por la violencia (al cuerpo) la religión, que es una cuestión del espíritu o la mente. Y, por si fuera poco, la reacción del mundo islámico, lo confirma plenamente: alguien está equivocado, pero no es quien dijo una evidencia tan clara. Al menos, yerra ese mundo islámico que se ha lanzado a las calles a proferir gritos y a atentar contra iglesias (allí donde puede haber iglesias, porque en otros países islámicos basta con que se le encuentre a alguien un ejemplar de la Biblia para que dé con sus huesos en la cárcel). En lugar de salir a protestar contra los violentos de su religión, que supongo que sí admitirán que hay algunos (por ejemplo, todos los que protestaban) Y luego están otros que también se equivocan, esta vez, en Occidente... Los que razonan de este peregrino modo: como los violentos se irritan, no les podemos decir nada, ni siquiera la verdad más palmaria. Por el contrario, si Occidente no se enfrenta decididamente con quienes tienen en su credo la violencia, Occidente perecerá... Y en muy poco tiempo. De manera que yo voy a ir algo más lejos que esa persona que ha hablado en una Universidad alemana... Todo lo que predica el islamismo, esa religión tan históricamente reciente, estaba ya mil veces dicho antes, menos una cosa: que la fe hay que imponerla por la violencia, por la fuerza santa y por la represión de los infieles. Y el que no vea lo evidente, que les recuerde al menos a esos señores tan "racionales" que reivindican España porque hace muchos siglos la conquistaron violentamente, que ellos, los musulmanes, son los que ocupan los territorios originales del primitivo cristianismo, que ya eran cristianos -y por la predicación y el ejemplo, no por las armas- cuando faltaban muchos siglos para que Mahoma naciera: el Mediterráneo meridional, desde Túnez a Egipto, y oriental, de Alejandría a Turquía o a Grecia. Así que déjennos a Europa en paz, señores musulmanes, que llevan toda su Historia intentando conquistarla por la violencia. Y si quieren devolver al cristianismo lo que le quitaron por las armas, pues también aceptamos sus disculpas. POSDATA: Ese alguien que habló en Alemania, quien haya sido, pronunció la frase más importante del año. O quizá de todo este fin de Civilización, por el que algunos están trabajando tanto.

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