jueves, agosto 24, 2006

Escandaloso tercer grado a Vera

24-VIII-2006
Escandaloso tercer grado a Vera
EDITORIAL

Escándalos como este, debidamente anunciados en plenas vacaciones de agosto para amortiguar la publicidad negativa que pudiera tener, nos confirman que Zapatero y los suyos son incapaces para casi todo, pero artistas consumados en ayudarse entre ellos

Malversar 645 millones de pesetas y quedarse con 141 cuesta, en la España de Zapatero, un año y medio de cárcel. Ni un día más. Lo acabamos de ver con Rafael Vera, que en sus tiempos de alto cargo del Gobierno de Felipe González, robó a manos llenas con el único fin de enriquecerse él y enriquecer a los que lo rodeaban. Desvió fondos destinados a la lucha contra ETA y, en torno a ellos, montó un entramado de espurios intereses en los que lo peor del felipismo se repartió un botín millonario. Y no estamos hablando de una sospecha más o menos fundamentada ni de una acusación sino de una sentencia judicial.No deja de resultar chocante que esta "amnistía" encubierta de tercer grado haya sido avalada por Alfredo Pérez Rubalcaba que, en los años en que Vera perpetraba su asalto a las arcas del Estado, fungía como portavoz del Gobierno. Se dedicaba, entre otras cosas, a negar ante la opinión pública lo que, periodistas primero y jueces después, demostraban con hechos y pruebas irrebatibles. La desfachatez y la cara dura que exhibía entonces Rubalcaba era antológica y sólo comparable de la que ahora, diez años más tarde, hace gala al liberar a Vera.Lo ha hecho, además, sin cimiento alguno. Arguye el Gobierno que Vera estaba deprimido y que, dado su buen comportamiento, no hay riesgo de fuga. De lo que hay riesgo es de que, con arbitrariedades como esta, el Estado de Derecho se venga abajo el día menos pensado. Estar deprimido en prisión no es argumento válido para la obtención de beneficios penitenciarios por motivos obvios. Pero no sólo eso, otros presos ilustres de la camada negra del felipismo también pasaron por episodios depresivos y no fueron recompensados con el tercer grado.Lo peor, sin embargo, no son las razones por las que han soltado a Vera, sino ignorar los motivos por los que el ex secretario de Estado debería seguir entre rejas. Por un lado, un año y medio por semejante robo a los contribuyentes es una pena desproporcionada a favor del preso. Por otro, Rafael Vera no se ha arrepentido en ningún momento de lo que hizo entonces, y uno de los principales parámetros que Instituciones Penitenciarias ha de tener en cuenta para conceder beneficios es el del arrepentimiento del reo. Vera no se considera culpable, luego es presumible que si estuviese otra vez en la misma situación, volvería a hacerlo, es decir, volvería a robarnos la cartera a todos. Por último, Rafael Vera no ha devuelto el dinero robado. Esto debería ser razón suficiente como para que cumpliese la pena íntegra, hasta el último día.Escándalos como este, debidamente anunciados en plenas vacaciones de agosto para amortiguar la publicidad negativa que pudiera tener, nos confirman que Zapatero y los suyos son incapaces para casi todo, pero artistas consumados en ayudarse entre ellos. En Vera, además, confluyen dos hechos de gran importancia para los que gobiernan: la corrupción felipista y el día 11 de marzo de 2004. De lo primero han corrido un tupido velo y ni lo han reconocido ni han pedido perdón. De lo segundo se cuidan de que no se investigue nada. Ni lo que pasó en la línea férrea de Alcalá de Henares ni de otros acontecimientos menores que tuvieron lugar aquel día. Como, por ejemplo, la reunión en el penal de Ocaña entre Barrionuevo, Corcuera, Galindo y Rafael Vera o la del mismo Rubalcaba con el ex secretario de Estado antes del 13-M, tal y como ha recordado Alicia Castro. Algunos pensarán que es casual, otros, visto lo visto, que no tanto. Es hora de preguntarse por qué dos de ellos han sido favorecidos descaradamente por el actual Gobierno.

Gentileza de LD

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