domingo, julio 23, 2006

Innusual visita del Rey a Marrruecos

Inusual visita del Rey a Marruecos
Elsemanaldigital.com

24 de julio de 2006.

El Rey de España interrumpe hoy sus vacaciones para visitar oficialmente Marruecos. Una visita bastante poco habitual para las costumbres de nuestra diplomacia lleva al Jefe del Estado durante unas horas al país vecino, donde don Juan Carlos se entrevista con el rey Mohamed VI, en cuya compañía almorzará antes de regresar a Palma de Mallorca.El Gobierno de España ha querido destacar, en torno a esta visita, las relaciones cordiales entre los dos monarcas y entre los dos países. El equipo de José Luis Rodríguez Zapatero no deja de subrayar el excelente momento diplomático que vivirían esas relaciones, en comparación con el clima de tensión vivido durante el periodo de gobierno de José María Aznar hasta 2004. Sin embargo las relaciones bilaterales no carecen ahora mismo de sombras, que además parecen explicar la excepcional e inusual visita regia.Marruecos y España son vecinos, y esto implica una relación directa y estrecha. Estructuralmente, Marruecos reivindica como propios territorios que son españoles antes de existir la monarquía alauita, ocupa ilegalmente por la fuerza un territorio que fue español y que está pendiente de descolonización –el Sahara Occidental- y es un régimen no democrático que discrimina a sus propios súbditos según su origen y creencias. Por consiguiente las relaciones con Marruecos nunca pueden ser perfectas ni de perfecta confianza porque hay de por medio diferencias muy importantes.Además, en los últimos tiempos, España y Marruecos mantienen posturas encontradas en otros asuntos. Está pendiente la delimitación completa de las zonas económicas de cada país en la mar, con graves consecuencias para nuestra pesca y para los recursos que pueden hallarse en ese espacio. Marruecos es, además, origen de tráficos ilegales hacia España y hacia Europa, tráfico de drogas por una parte, y tráfico de seres humanos a través de una emigración ilegal que el reino vecino en unos casos no puede atajar y en otros, aparentemente, no quiere.El talante no es la panacea de todos los males. Hay que suponer que las autoridades marroquíes se encuentran más cómodas con un Zapatero complaciente que con un Aznar exigente, y que prefieren tener como interlocutor a un Miguel Ángel Moratinos manifiestamente cercano a las opiniones árabes y a las francesas en muchos temas de política internacional. Pero Zapatero y Moratinos no están en sus cargos para satisfacer a Marruecos sino para servir al pueblo español. Y en las calles los ciudadanos españoles comprueban cada día los efectos de la escasa cooperación marroquí en temas que preocupan a todos. Esos temas, más allá de los abrazos protocolarios, son los que en realidad llevan hoy oficialmente al Rey a visitar a nuestro incómodo vecino del Sur.

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