jueves, abril 27, 2006

Liebana

viernes 28 de abril de 2006
Liébana
Antonio Parra
O bona crux salvum me fac. Este grito de la dulce cruz que salvas y que cantó san Andrés antes de que lo asparan me ha parecido perderse en eco por las crestas de las montañas que son el morillo en piedra del toro encaramado de las Españas. Efervescentes cimas nevadas de los Picos de Europa Potes del alma cuchillares y gollizos y sillas de montar que se despeñan en profundas cárcavas. Orogenia que encrespa y brisa de abril que encalma. En Liébana tuvimos un día augusto. Hemos venido mi santa y yo a besar el signum crucis por la cuaderna vía peregrinos de la belleza y nos encontramos al pie de los neveros y de las fuentes salutíferas que iban regando con ríos a Castilla la gentil y al libérrimo Aragón. Hontiveros donde nace el padre Ebro o las cumbres que alumbran al Cea y al Pisuerga que luego baña Valladolid y se hace un río muy señorito. Altas parameras. Locus amoenus. Escondido pénsil. He aquí el hontanar de celtiberia. Cristo murió en el monte Gólgota pero a mi esta Peña del monte Urea se me antoja el Sinaí donde triunfa su ley. La cruz que salva y vivifica. Cruz et spes. Cruz y esperanza. Dicen que era de ciprés la cruz o de palosanto no sé y la corona de espinas de cambronera y su invención o encuentro se pierde en la noche de los tiempos en una oscura leyenda atribuida a santa Elena la madre del emperador Constantino. Aquella dulce emperatriz bizantina que era inglesa pues había nacido sin embargo en Eboracum la vieja York y que coincidencias allí pasé unos buenos años de mi juventud donde ejercieron su cátedra san Alcuino y Beda el Venerable dos escrituristas muy en conexión con el calígrafo anónimo de Liébana que estampó en minio visiones esperpénticas sobre el mundo que aguarda en sus comentarios al Apocalipsis. Entonces la inteligencia y el fervor eran itinerantes y de monasterio en monasterio se desplazo la Divina Palabra pues siempre se dijo que la fe entra por la oreja. Fides ex auditu lo que nos pone en vena para admitir que los grandes libros y los que contienen mayores enseñanzas de toda la literatura son de adscripción oral: los Evangelios la Iliada las sagas y cancioneros que andaban en boca de los bardos celtas y los navegantes vikingos. Asimismo el espíritu del cristianismo tiene que ver con esa vertiente. El amanuense que se retiró a Liébana huyendo del fanatismo muslímico activa su presencia por estos parajes. No queda un solo templo de los godos ni una sola basílica paleocristiana por debajo de la raya del Duero para que luego digan que el Profeta fue tolerante. Todos los cristianos subieron para acá zumbando. Eso les suele pasar a los pueblos llamados del libro o de un solo libro. Demasiada letra muerta. El cristianismo que es polivalente vivo y de bastantes pareceres y muchos libros creo que debe su mayor rango a esa afabilidad del Sermón del Monte o la Parábola del Sembrador o la narración pasmosa del Evangelio de Mateo. Santo Toribio de Liébana viene a ser la crónica de Covadonga explicada por un pendolista muzárabe para las gentes sencillas. Luego sus discípulos románicos plasmarían esas enseñanzas y consideraciones sobre los ábacos y los capiteles de arenisca hasta alcanzar la cúspide del Pórtico de la Gloria donde el maestro Mateo cincel y gubia en ristre da una lección suprema de teología. Todo empezó con la escatología de este clérigo que debía de ser originario de Toledo. Venía huyendo de la quema de la aceifa y vio perecer a algunos de sus hermanos degollados a golpe de tambor y estridencia de anúteba. A orillas del Tajo su maestro debió de ser Elipando un obispo libelático y considerado como hereje por ser refractario a admitir la primacía del papado romano como casi todos los padre griegos que se expanden en consideraciones muy interesantes sobre el llamado argumento ad hóminem – en este caso de Pedro- de la “potestas clavium” al tiempo que admitía en Jesucristo una superoposición de naturalezas la divina y la humana. Roma no hizo nada como casi siempre. Se quedó quieta y pasmada cuando los hispanos pidieron auxilio. Por estos augusto parajes o al menos a mí me lo parece pervive el alma poco acomodaticia de Prisciliano. España sabe ser acérrima cuando quiere y mantenerse en sus trece como ocurrió con aquel Benedicto Luna. Hoy la molicie nos ha vuelto otra vez vez mansos y contemporizadores. Nos pasamos la eternidad mirándonos los ombligos. Ojos que no ven. Pero el paisaje y la historia de España se ven mejor desde Liébana. Por eso yo los invito a venir Pero como diría san Agustín encampanado en su sabiduría y desde su profunda visión y conocimientos de los hombres “opportet esse haereses”. Es bien necesario que haya herejías. La discusión alumbra la luz y esa profunda inclinación del rito muzárabe hacia la belleza los ornamentos los cantos solemnes y las continuas invocaciones a la Trinidad ( a lo largo de una sola misa se santiguaban hasta cien veces cuando escuchaban entonar el gloria patri) le hace profundamente valioso en nuestros días de tanto pedestrismo tanta ramplonería y espíritu laico. Se trata de una liturgia que convendría rescatar para devolver a la Iglesia esa sacralidad de culto órfico que siempre tuvo. A mí me parece que el concilio al desnudar nuestros altares y suprimir muchos preámbulos y antiguas practicas nos ha querido asimilar con los protestantes. A pesar de todo la fe no ha muerto. Sigue encaramada por estos riscos de Potes y las gargantas y desfiladeros del apartamiento de la Tebaida astur-cantabra donde se refugiaron multitud de hombres y mujeres que buscando la perfección evangélica salvaron la vida al tiempo de encontrar la suprema belleza de estos paisajes y vivir en comunión con la naturaleza apartados del siglo. Aquí ocultos entre las cuevas o en lo alto de sus celdas a las que no se podía subir ni con escalera al igual que en el monte Athos veían pasar los días desde el parteluz de su ajarafe monástico. Resulta un grato misterio el encontrar este cúmulo de feligresías esparcidas por la montaña (santa Maria del Naranco San Miguel de Lillo Santas Maria de Lebeña el primoroso lugar a pie de monte que ilustra la fotografía de abajo, San Julián y Santullano) y edificadas en un lugar limpio de auras y a la vera de fuentes puras entre el sel impoluto y el prado donde pacen las vacas siguiendo la vieja tradición romana de la nucupatio en virtud de la cual los lugares antes de ser habitados habían de ser bendecidos y consagrados por los coribantes de Cibeles o los augustales de Júpiter. Estos lugares tienen una orientación perfecta. Aquí la gente se siente bien. Es que antes de nosotros los arúspices consultaron el vuelo de las aves y hubo curas que rezaron mucho para espantar los malos espíritus. Subo pues a Liébana lleno de contento a adorar la cruz. Ya sé que me contaran historias de supersticiones y los aguafiestas de siempre me pasaran por el pico el escándalo del culto a las reliquias que no son óbice para la vieja fe. Tampoco me importa que ese trocito de leño que guardan celosamente los franciscanos sea o no sea el de la vera cruz pues para eso tendríamos que escribir todo un tratado sobre la edad media. Una religión sin fiestas sin cultos sin cánticos y sin romeros sería el apaga y vamonos. Es lo que le digo al cura de mi barrio. Aburrís al personal, nos largáis unas homilías que son encajes de bolillos escapistas ya no hay coros y nos atronáis con música de las bandurrias que en España no valen ya ni para las tabernas y queréis que no hagamos mutis por el foro. Estáis callados cuando al personal el cuerpo le pide música. Bueno se os perdona. Nadie es perfecto. ¿Conferencias episcopales? Esos obispos alemanes como Lehman el cardenal de Berlín y los purpurados polacos parecen torreznos. O ese obispillo Blázquez bendiciendo a los que tienen manchadas las manos de sangre cuadra poco con los principios que me enseñaron en el Catecismo. No matarás. Otegui tendría que hacer asaz penitencia pues pero no nos pongamos a discutir de eso que los argumentos de la tregua no nos van a llevar a ninguna parte. Que vengan a Liébana y se prosternen ante la cruz si quieren que los perdonemos. Este año santo puede ser el de la gran explosión o el de la gran perdonanza. La religión para mi nada tuvo que ver con la política o acaso sea que yo soy corto de luces y concibo la política como una prolongación de mí mismo adverada en mis convicciones sentimentales patrióticas y políticas. La religión viene de religare y nos liga a dios pero también a la tierra a los antepasados a la vivencia y a la creencia. La Patria es eso y yo soy foramontano vengo de estos montes me amasaron con el barro de esta tierra. Es una idea que reencuentro por estos parajes mientras me aburre mi iglesia madrileña tanto como los cantamañanas de la COPE. Quizás Dios me este probando una vez mas y mi soledad sea la soledad de Getsemaní. Tampoco hay cristianismo sin testimonio y es testimonio precisamente lo que estoy dando en estas líneas. Gnosce te ipsum. Niéguese a ti mismo toma tu cruz. El que busca su vida perecerá y el que la pierde se salvara. Palabras misteriosas que uno es capaz de entender por estas soledades. Hemos subido desde Panes con el corazón encogido y la pupila dilatada de belleza. No ceso de hacer paraditas para tomar fotografías del gigantesco panorama. El monte Tabor debió de ser una cosa así. Me acuerdo no sé por que del cura de Ruiloba con su gran paraguas yendo a oficiar funerales por las parroquias de estos pagos y al P. Eutimio Martino mi profesor de literatura y un jesuita que había pasado tantos años en Alemania que casi se le olvidaba el castellano pero que escribió varios libros sobre la colonización romana del valle del Liébana y me acuerdo también como no me había de acordar de las fotos de Xuanin el maquis asturiano al que cogieron los civiles por estas sierras le pegaron tres tiros alguien le saco una foto y a ocultas en la camarilla del seminario nos la pasábamos. Nos impresiono aquel bigote el pelo pa atrás muy liso y la cara abierta en la ultima sonrisa que es mueca de la muerte. Al lado suyo yacía inútil una metralleta. Jope Verdoyo ¿de donde lo sacaste? Pues mi padre quien va a ser que pertenece al Partido Comunista. ¿En Potes como puede haber comunistas y guerras y librazones en un pueblo tan bonito? Pues los hay me dijo González Bedoya muy ceremonioso. Claro es la fija pueblo chico infierno grande ya van quedando pocos paraísos. Creo que él llegó a cura y creo que sigue siendo del partido comunista sin que ello sea óbice o de lo que queda y tan rojo como siempre. Potesano y campurriano para mas señas. Uno no recupera el tiempo perdido pero ve el espejo de su infancia en el lago de sus sueños. Por ejemplo, este paisaje. Vistas que inspiran grandiosidad y calma. Elipando trajo a sus discípulos por estos montes. La santidad de la naturaleza y el apartamiento de estas soledades les hizo amar la Escritura imperecedera que es palabra de vida y de cruz que salva. Aquí escribió Toribio el libro de comentarios Al Apocalipsis que es plena modernidad porque anuncia cosas que están pasando. No es pura fantasía sino plena actualidad cuando habla de la pressura gentium los temblores de tierra y maremotos e incluso de los rayos coruscantes que nos afligen. El libro más nuevo de este país lo escribió un amanuense visigótico allá por el siglo IX. Nuestro momento presente según este santo del cálamo en la mano intuyo es pura escatología. Que cosas. -¿No le gustan a Ud. las comas, don Verumtamen? -No, señor. Las comas las inventó el diablo así mismo conocido por el de separador. Y yo creo en la cruz que es el nexo de unión. -Por eso vino con la parienta a besar el lignum. -Pues claro y a ganar el jubileo que buena falta me hace y todo sea dicho.

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