jueves, marzo 30, 2006

Demasiadas preguntas sin respuestas

viernes 31 de marzo de 2006
EL LIBRO DE DEL BURGO SOBRE EL 11-M
Demasiadas preguntas sin respuesta
Por Luis del Pino
Jaime Ignacio del Burgo es, sin lugar a dudas, uno de los políticos que más se ha distinguido en la lucha por saber la verdad de los hechos del 11-M. Desde que el Partido Popular le nombrara como uno de los representantes en la Comisión del 11-M, ha hecho lo posible y lo imposible por que la gran mentira de la versión oficial no se terminara imponiendo.
Desde ese punto de vista, creo que todos los españoles estamos en deuda con él. Igual que le somos deudores por los muchos años que ha luchado contra la amenaza terrorista de ETA y contra los intentos de embarcar a Navarra en esa carrera hacia la nada que el País Vasco ha emprendido hace ya tiempo.

Acaba de publicar Jaime Ignacio del Burgo una obra esencial sobre los atentados del 11-M en La Esfera de los Libros. Tiene un título sugerente: 11-M. Demasiadas preguntas sin respuesta. Creo que ese título describe a la perfección el escándalo que rodea la investigación de los atentados. Que la mayor masacre terrorista de nuestro país tenga que investigarse a golpe de titular periodístico es inadmisible. Que la mayoría gubernamental en el Parlamento finja desconocer lo que los periódicos desvelan, ignore la demanda de la sociedad y de las víctimas y se escude en las investigaciones judiciales para no aclarar los interrogantes que rodean a ese atentado no es sólo inadmisible: constituye un ataque en toda regla a nuestro sistema de convivencia. Porque ningún régimen democrático puede sobrevivir a la sospecha de que no se quiere investigar desde los poderes públicos una masacre que tanta influencia ha tenido sobre la evolución política de España en los últimos dos años.

El libro de Del Burgo trata de contribuir a descorrer el velo de silencio oficial sobre el 11-M y constituye una obra de referencia imprescindible para todo aquel que quiera comprender el estado actual de las investigaciones y el modo en que éstas se han desarrollado en los veinticuatro meses transcurridos desde que explotaran cuatro trenes aquella mañana de marzo.

El libro está estructurado en cuatro partes. En la primera, redactada con un formato de preguntas y respuestas, Del Burgo repasa las principales cuestiones en torno a los atentados y a la investigación que han realizado los distintos poderes públicos y los medios de comunicación, haciendo especial hincapié en los trabajos de la comisión parlamentaria. Esta primera parte tiene un estilo enormemente pedagógico: son tantas las manipulaciones que hemos vivido en torno al 11-M que hace falta un gran esfuerzo de explicación y de convencimiento para que la sociedad entienda por qué no se ha aclarado nada todavía sobre los atentados.

Explica Del Burgo, por ejemplo, en qué consiste esa enorme mentira con la que el Gobierno trata de justificar que el Parlamento no investigue: cuando el Ejecutivo se escuda en las investigaciones judiciales para no informar sobre los atentados está ocultando a los españoles que el juez Del Olmo no tiene ninguna potestad para investigar muchos de los hechos denunciados por los medios de comunicación. Si han existido negligencias, por ejemplo, que hicieron posible que el atentado se produjera, el juez Del Olmo no puede entrar a analizarlas, porque no se trata de un delito conexo con el de la propia ejecución de la masacre. Por tanto, no puede el Gobierno escudarse en el sumario del 11-M para no aclarar a los españoles en qué pudieron consistir esas posibles negligencias.

La segunda parte recoge una minuciosa cronología de aquellos cuatro días de infamia que van del 11 al 14 de marzo. No sólo se desmontan de manera precisa, con base exclusiva en los hechos conocidos, las acusaciones de manipulación que se vertieron contra el Partido Popular en aquellas fechas, sino que esa cronología resulta valiosísima para quienes quieran investigar los hechos o deseen documentarse sobre los mismos.

De igual modo, en la tercera parte del libro Del Burgo ha hecho un impresionante esfuerzo de recopilación de todos los datos relativos a la posible participación de ETA en los atentados y de todos los indicios existentes sobre las conexiones entre etarras e islamistas. La simple lectura de esta parte de la obra basta para comprender hasta qué punto faltaba a la verdad Rodríguez Zapatero cuando declaró, ante la comisión parlamentaria, que en el sumario del 11-M no había ningún indicio que apuntara a ETA. No sólo hay indicios, sino que éstos son numerosos; otra cosa es que no se haya querido investigar ninguna de esas conexiones. Algún día, alguien tendrá que explicarnos por qué.

La cuarta y última parte es una recopilación de artículos sobre el 11-M publicados por el autor en diversos medios de comunicación. El libro incluye también varios apéndices útiles, como una guía de personajes y un índice onomástico que facilita la localización de información relevante.

En conjunto, nadie que esté interesado en el tema del 11-M puede dejar de hacerse con este libro. Aquellos que no hayan seguido las investigaciones muy de cerca podrán comprender, aquí, el punto en que actualmente nos encontramos y cuáles son los principales interrogantes que se abren ante nosotros. Por su parte, todas las personas que hayan estado al tanto de las noticias que se iban publicando sobre la masacre encontrarán en esta obra un texto imprescindible, de referencia, al que poder acudir a la hora de documentar un dato, recordar un cierto detalle o completar algún aspecto del relato de los hechos.

En resumen, una obra imprescindible de una autoridad en la materia. Un motivo más por el que todos estamos en deuda con Jaime Ignacio del Burgo.


Jaime Ignacio del Burgo: 11-M. Demasiadas preguntas sin respuesta. La Esfera de los Libros, 2006; 528 páginas.

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Gentileza de LD

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